La rebaja de la tensión en las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos, la muy reducida posibilidad de que se produzca un Brexit duro, y la reciente mejora en la comparativa del sector del automóvil (recordemos que fue después de verano de 2018 cuando entró en vigor la nueva normativa de emisiones), son factores clave que nos permiten pensar en una progresiva recuperación de la actividad industrial en la zona euro de la que, de hecho, ya se vienen observando ciertos indicios durante los últimos meses. Todo parece indicar que lo peor de la crisis industrial europea ha quedado atrás, lo que debería descartar el riesgo de recesión en la eurozona para 2020 sobre el que tanto se ha comentado durante los últimos meses.
Es verdad que el escenario no está exento de riesgo. Por ejemplo, las negociaciones comerciales en que está inmerso Estados Unidos siempre están sujetas a potenciales sorpresas, positivas o negativas. Por primera vez en años, la economía americana está mostrando claros signos de desaceleración, especialmente en su sector industrial, debilidad que nos hace pensar que la Administración americana será más favorable a alcanzar un acuerdo con China, especialmente en un año electoral. Pero con Trump, nunca se sabe.
¿Qué podemos esperar de 2020 en España?
Si nos centramos en España, no podemos obviar que, en los últimos meses, ha proliferado el ruido mediático hacia una desaceleración de la economía nacional y, en algunos casos, se insiste incluso en que nos deslizamos inexorablemente hacia otra recesión.
Tengamos siempre en cuenta que los medios de comunicación siguen una línea editorial ligada a una ideología (no en vano son “el cuarto poder”) y, en el actual contexto de incertidumbre provocado por el ya longevo gobierno en funciones, tanto conservadores como progresistas resaltan casi siempre de manera negativa cualquier dato macro que se pública (desempleo, turismo, matriculaciones…); en parte porque la izquierda señala la necesidad de formar gobierno y la derecha remarca que cuando la izquierda gobierna la economía se deteriora.
Pero la realidad indica que seguimos creciendo cerca del 2%. Que la economía española se ha desacelerado es un hecho, ya que estábamos creciendo a tasas cercanas al 3%, pero los datos de crecimiento siguen ahí lo que no apuntaría a una recesión. Además, el flujo de noticias negativas a que antes nos referíamos, ha tenido sin duda su impacto, provocando que se hayan retrasado muchas decisiones de consumo o de inversión (probablemente esté teniendo un impacto en la demanda de coches, de vivienda, consumo en general, proyectos de inversión,…), lo que está teniendo un claro reflejo en el sensible incremento que se está produciendo en la tasa de ahorro en España y generando una descorrelación entre el consumo privado y el empleo. No hay que olvidar que la anterior -y aún reciente- crisis sigue muy presente en el recuerdo de los ciudadanos.
Muchos economistas señalan que las recesiones normalmente ocurren cuando nadie se las espera, y no cuando están plenamente anunciadas como de la que llevamos oyendo hablar en el último año. El retraimiento de la demanda por miedo suele ser una de las principales causas que pueden provocar o acelerar las recesiones, y es algo que parcialmente ha ocurrido en España, generando cierta desaceleración, pero para nada recesión.
Por otra parte, hemos de tener en cuenta que la acumulación de demanda latente suele ser la causa de la salida de las recesiones; y no nos parece aventurado pensar que en 2019 se ha acumulado algo de demanda que, según un razonamiento lógico, podría trasladarse a un 2020 con un escenario más benigno en el escenario internacional.
La economía europea será capaz de evitar la recesión
A grandes rasgos, el débil entorno económico de la eurozona y el riesgo de contagio a España eran dos de las mayores preocupaciones de gran parte de los economistas, con un incierto panorama internacional que podía provocar una recesión en la eurozona y que arrastrase a la economía española. Pero todo parece indicar que la economía europea será capaz de evitar la recesión. En este escenario, creo que es más fácil que la economía española sorprenda al alza que a la baja.
En este contexto, desde el equipo de análisis de renta variable de Mirabaud Securities en España seguimos apostando por valores cíclicos y bancos (creemos que estos últimos han de incluirse en cualquier cartera española) e infraponderando bond proxys y a las compañías que se han beneficiado del rally estructural de bancos de los últimos años (eléctricas, inmobiliaria, infraestructuras, compañías de calidad…). De otro lado, creemos que las pequeñas compañías deberían tener un elevado peso en las carteras.