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Factores ASG: ¿Valor añadido o una mera estrategia de marketing?
Inversión ESG

Factores ASG: ¿Valor añadido o una mera estrategia de marketing?

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11 MAR, 2019

Por Hans-Jörg Naumer

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La inversión sostenible ha logrado un dinamismo significativo en los últimos años. Si bien sigue siendo el terreno de juego de los inversores institucionales, la presencia de inversores minoristas está aumentando y es probable que se incremente incluso más rápidamente en el futuro, entre otras razones, porque MSCI, proveedor de índices, y Morningstar, la agencia de calificación de fondos, ya ofrecen calificaciones sobre factores ASG a índices de referencia y fondos.

El acrónimo “ASG” (que se refiere a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo) puede entenderse como un vínculo entre criterios de sostenibilidad corporativa y decisiones de inversión. Mediante dichos factores ASG, la sostenibilidad se extiende por los diferentes estilos de inversión. La evolución más reciente demuestra que la sostenibilidad se considera cada vez más un criterio de evaluación para minimizar los riesgos de inversión y potenciar la rentabilidad general y ya no un enfoque de inversión contrario a la rentabilidad.

Los factores ASG se convierten en la norma

Una cosa es segura: el hecho de que Morningstar, la agencia de calificación, y MSCI, proveedor de índices de referencia, comenzaran a utilizar criterios ASG a comienzos de 2016 como base para evaluar todos los fondos y los índices de referencia, con independencia de que se gestionen conforme a factores ASG definidos, es un gran paso hacia la aceptación general de estos criterios de inversión. “Los factores ASG se convierten en la norma” es la expresión de moda, pues cuanto mayor sea la transparencia, mayor podrá ser la demanda para utilizar criterios de sostenibilidad.

No existe un concepto o una definición integrales y definitivos para los criterios ASG. El Consejo de Normas de Contabilidad de Sostenibilidad (SASB), organización independiente sin ánimo de lucro, se ha comprometido a definir normas contables para lograr valoraciones unificadas basadas en criterios ASG. La descripción general de criterios ASG que se recoge a continuación procede de estas normas, con base en tres criterios “A, S y G” principales y ampliada mediante diversos puntos extraídos de los “Principios para la inversión responsable”.

La responsabilidad social corporativa es para las empresas lo que los factores ASG son para los analistas y los inversores

Los criterios ASG pueden considerarse el denominador común para las empresas, de una parte, y los analistas y los inversores, de otra.

El acrónimo “ASG” se refiere a factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. El término y los conceptos de los criterios ASG los introdujo por primera vez en 2004 la iniciativa del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, a fin de ofrecer a los analistas y los inversores un conjunto de normas en función de los “Seis principios para la inversión responsable” de las Naciones Unidas.

Gráfico 1: ASG: Clasificación de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo según el Consejo de Normas de Contabilidad de Sostenibilidad (SASB)

Gráfico 2: Los Principios para la inversión responsable (PRI) son un conjunto de seis principios de inversión voluntarios

Los criterios ASG pueden seguir desarrollándose sobre esta base, por ejemplo, haciéndolos medibles y aplicables en forma de indicadores clave de rendimiento, pero sin establecer un conjunto fijo de criterios que, en opinión de las Naciones Unidas, no puede ser definitivo, pues rápidamente quedaría obsoleto . La fortaleza de los indicadores clave de rendimiento puede percibirse en que pueden adaptarse a cada sector y posteriormente integrarse en los análisis de cada empresa.

Robusto incremento de la importancia en los últimos años

Las inversiones RSC / ASG llevan largo tiempo que ya no son un mero nicho de inversión, lo cual queda patente no solamente en el aumento de sus volúmenes —es decir, el capital que se gestiona de acuerdo con principios de RSC / ASG—, sino también en el creciente número de investigaciones académicas sobre esta forma de inversión. Friede et al. estiman que el número acumulado de estudios académicos, que comparan los rendimientos de ASG y financiero de las empresas, alcanzó un máximo histórico de 2.000 en otoño de 2015.

Los activos gestionados de acuerdo con criterios ASG han crecido con el mismo dinamismo. El capital que se gestiona conforme a los Principios para la inversión responsable (PRI) de las Naciones Unidas asciende aproximadamente a 60 billones de dólares, la mitad de los activos institucionales que se gestionan en todo el mundo.

Gráfico 3: La Iniciativa para una Inversión Responsable lleva creciendo sistemáticamente desde su lanzamiento en 2006

Más de 1.600 signatarios, que representan 62 billones de dólares en activos

Signatarios por región

Fuente: unpri.org. Datos a diciembre de 2016

Los inversores institucionales siguen dominando el mercado, si bien el interés de los inversores minoristas en inversión sostenible está aumentando. Aunque los inversores institucionales suponían el 90% de las inversiones sostenibles en 2012, el dato cayó al 74% en 2016.

Por clases de activos, las mayores proporciones corresponden a renta variable (50%) y bonos (40%). Los activos inmobiliarios, el capital riesgo y demás formas de inversión cuentan con una representación muy inferior debido, no cabe duda, a su menor capitalización de mercado en general en comparación con las dos clases de activos anteriormente citadas.

Gráfico 4: Los inversores institucionales dominan el mercado, si bien el interés de los inversores minoristas está creciendo

Desglose de activos gestionados conforme a criterios ASG por perfil de inversores

Asignación de activos conforme a criterios ASG en Europa y Canadá

Cambio en los analistas

Otro dato interesante: los analistas también parecen haber cambiado sus posturas en torno a la RSC. Ioannou y Serafeim concluyeron que las recomendaciones de los analistas a comienzo de la década de 1990 eran más bien negativas en el caso de aquellas empresas con calificaciones de RSC altas, si bien la situación ha cambiado de forma radical. En la actualidad, una calificación de RSC positiva imprime un efecto cada vez más positivo en la valoración global. La perspectiva ha evolucionado: la RSC —y, por consiguiente, la observancia de criterios ASG— solía considerarse un coste adicional, pero actualmente se percibe como una manera de potenciar la gestión de las empresas y la rentabilidad de la inversión. Dicho extremo plantea la cuestión de si, en última instancia, merece la pena invertir de forma sostenible. Lo ideal sería que el enfoque de inversión sostenible no supusiera un lastre para el perfil de riesgo y rentabilidad de una inversión.

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