Espacio publicitario
 El auge del Wealthtech en LATAM
Inversión en Latinoamérica

 El auge del Wealthtech en LATAM

En algunos países de la región surgieron regulaciones que incentivaron su crecimiento.
Imagen del autor

10 AGO, 2022

Por Sara Giménez de RankiaPro

featured
Comparte
LinkedInLinkedIn
TwitterTwitter
MailMail

En América Latina, el segmento de las wealthtech en LATAM comienza a ganar terreno. Se trata de startups que utilizan tecnologías innovadoras -como la inteligencia artificial y el Big Data- y ofrecen a empresas tradicionales una alternativa para gestionar su patrimonio. Su objetivo es automatizar todos los servicios de inversión y gestión patrimonial.

En algunos países de la región surgieron regulaciones que incentivaron su crecimiento y otra de las variables que las ayudó a escalar es que los latinoamericanos están cada vez más interesados en las finanzas digitales. 

Wealthtech en LATAM

Una de las grandes innovaciones dentro de la industria wealthtech son los roboadvisors, un servicio automatizado (“robo”) de asesoramiento de inversiones (“advisor”), proporcionado por asesores financieros con el objetivo de preservar, proteger y/o aumentar el patrimonio de sus clientes. 

En la práctica, invertir mediante un robo-advisor, comienza con un cuestionario que completan los clientes, el cual es utilizado por la plataforma para recopilar información sobre su meta de inversión, tolerancia al riesgo, horizonte de inversión entre otros indicadores. Esta información es procesada mediante modelos financieros para otorgar al cliente una propuesta de portafolio de inversión en base a sus objetivos. 

La industria mundial de los robo-advisors dentro del área wealthtech ya cuenta con varios años de historia (desde el 2008), y ya supera los USD 1,4 trillions de dinero bajo administración. Tiene grandes casos de éxitos como Wealthfront, comprado este año por UBS por USD 1,4 billions, o Nutmeg, comprado el 2021 por J.P. Morgan por más de USD 900 millions

Particularmente en Chile, esta industria también ha tenido un crecimiento exponencial, superando los USD 750 millions de AUM y más de 100.000 personas los utilizan. Este crecimiento se debe en gran parte a que estas compañías han logrado llegar a dos segmentos de personas: 

1. Quienes no tenían acceso a la tradicional industria de inversiones. 

2. Quienes a pesar de si tener acceso, se vieron cautivados por sus bajos costos, simpleza, programas de educación financiera y transparencia 

En Clever, el robo advisor del grupo BICE, un equipo de inversiones de más de 30 personas configura que el portafolio ofrecido sea óptimo para el cliente y procura rebalancear continuamente manteniendo el nivel de riesgo y retorno esperado e incorpora diversas estrategias de inversión considerando, aparte de factores económicos, factores medioambientales, sociales y de gobernanza. Los portafolios de Clever cobran solo un 1,19% de remuneración anual, bastante más bajo que el precio que cobra la industria de inversiones tradicional de bancos. Además, cuenta con una atención híbrida (digital y humana) con asesores financieros profesionales. 

Aún queda mucho por recorrer en Chile y todavía necesitamos aumentar la educación financiera de la población para que entiendan los beneficios de acceder a plataformas digitales en donde pueden manejar su dinero. Por otro lado, los robo-advisors tienen que seguir desarrollándose para ofrecer una mejor planificación financiera a sus clientes, incorporando atributos que ya son comunes en países desarrollados como permitir a las personas personalizar sus portafolios, apoyar en asesoría tributaría y ofrecer una gama más amplia de productos financieros.

El crecimiento y dinamismo que viene experimentando el sector fintech en estos últimos años nos hace sentir, a quienes formamos parte de este ecosistema, que pertenecemos a la industria más sexy y pujante de América Latina. 

Existen 1.524 instituciones en la región que ofrecen servicios financieros digitales, en las categorías de pagos, seguros, préstamos e inversiones, según el informe “Evolución del sector Fintech en Latam”, publicado por Finnovista en colaboración con Mercado Pago.

En Argentina, se triplicaron los jugadores del ecosistema fintech respecto a 2018, de acuerdo a datos de la cámara que agrupa a las empresas del sector. Y dentro de ese universo, la vertical que hace foco en el ahorro y las inversiones también creció con fuerza en los dos últimos años, con la aparición de nuevos participantes, de distintos tamaños y con diferentes ofertas para el usuario. 

En paralelo, creció, además, la cantidad de cuentas de inversión abiertas en el mercado de capitales argentino: hoy son más de 5 millones. Todo esto es resultado de la inversión en tecnología y de la aparición de empresas disruptivas que acercaron a nuevos inversores al mercado. 

En los últimos 2 años, en Banza hemos abierto más de 100.000 cuentas en todas las provincias de Argentina, y cada día son más las personas que se suman. 

Hasta hace unos 3 años, para abrir una cuenta comitente y transferir los primeros pesos para invertir, por ejemplo, en un Fondo Común de Inversión (FCI), era necesario rellenar un formulario de 40 hojas, con firmas certificadas. Un procedimiento que las nuevas generaciones no alcanzan ni a imaginar.   

Hoy, afortunadamente, la mayoría de las apps ofrecemos abrir cuentas con un onboarding online y en un proceso rápido y sencillo. Una cuenta de inversión se abre en menos de 5 minutos.  

Lo mejor de esta revolución propiciada por la tecnología y acelerada por la pandemia, es que hay mucha competencia, y eso nos obliga a ofrecer cada vez más y mejores productos. De esta manera, el ganador es siempre el usuario. 

Así las cosas, ahorrar e invertir ya no es para pocos. Gracias a las fintech, cualquiera puede invertir sin montos mínimos en fondos comunes de inversión denominados money market, comprar acciones o bonos, o comprar dólares en un par de clicks desde el teléfono celular.

Finanzas Embebidas es otra temática que está empujando muchísimo al sector y está dando que hablar. En sintonía con ésto, en Banza construimos un ecosistema de APIs para que cualquier fintech pueda ofrecer instrumentos de ahorro e inversión, remunerar saldo de las billeteras virtuales de sus clientes, de una manera sencilla y escalable, y con tiempos de integración muy bajos.

La competencia es creciente y hay muchos jugadores, por lo que probablemente veamos fusiones y adquisiciones, además de nuevas inyecciones de dinero de fondos del exterior.

Sin embargo, el futuro será de las super apps. Es decir, los ganadores serán los que puedan robustecer su oferta de productos, de manera que el usuario pueda centralizar sus inversiones, pero también hacer pagos, contratar un préstamo o un seguro, además de transferir dinero e invertir en activos financieros. Y es aquí donde radica el mayor desafío de todos nosotros.

Cuando cumplí 18 años hice mi primera inversión. Eran recursos que tenía en una libreta de ahorro en la que mi abuela religiosamente me depositaba en cada cumpleaños. La experiencia no fue sencilla. Tuve que ir a una sucursal, esperar bastante a que me atendieran, firmar papeles, etc. Al final de toda la burocracia, me preguntaron en que quería invertir y me dieron infinitas opciones. Tratando de encontrar luz pregunté los costos, pero el problema matemático que tenía que resolver era tan enredado que me llevó a elegir aleatoriamente. Me fue mal con esa inversión y no quise volver a saber del tema en muchos años. 

Hoy no hubiera sufrido lo mismo con la aparición de soluciones tecnológicas que me darían el alta en pocos minutos y que después me recomendarían en que invertir basándose en mi perfil de riesgo y horizonte temporal de la inversión. 

La unión entre tecnología y finanzas ha permitido no sólo reducir los costos significativamente, sino mejorar la transparencia y el servicio a los clientes, independiente de la cantidad de ceros en la billetera. Por eso son estas plataformas las que llevan, consistentemente, liderando los crecimientos de clientes en muchos países, y al no poseer extensas redes de sucursales ni sistemas legados, lo pueden hacer de una manera que permite ser eficientes y a costos más bajos. 

La tecnología reduce significativamente las trabas para invertir, eliminado esa sensación de que hay que tener experiencia o conocimiento para sacarle partido al dinero. Además, muchos de estos proveedores son empresas que trabajan entendiendo que no es necesario confundir al cliente para cobrar por un servicio, y eso en muchos casos se traduce en esquemas de precios mucho más transparentes y simples. 

Hoy estamos en la etapa inicial de este cambio, los proveedores tradicionales siguen liderando las participaciones de mercado, aunque la brecha se va cerrando. Sin embargo, el sector tiene un gran desafío para adelante, que es el moverse desde el mundo de la inversión a dar soluciones de salud financiera a sus clientes, entregando recomendaciones en sus decisiones financieras más allá del ahorro.

Espacio publicitario