La inversión de impacto puede verse dañada por unos bajos estándares de medición y de información, y los inversores podrían sentirse decepcionados con las afirmaciones excesivamente positivas de algunas gestoras de activos, advierte Brunno Maradei, responsable mundial de Inversión Responsable en Aegon AM.
La inversión de impacto se basa en la idea de que los inversores pueden obtener rentabilidad financiera a la vez que influyen de forma positiva y medible en la sociedad y el medioambiente. Aunque Maradei cree que se trata de un sector muy interesante, teme que se esté viendo perjudicado por los intentos de algunas gestoras de activos por obtener una ventaja competitiva frente a su competencia.
«Mi yo cínico diría que la moda de la inversión de impacto se basa en la confusión y en intentar diferenciarse en el espacio de la ESG, que está cada vez más concurrido. Aunque la inversión de impacto es muy respetable si se hace bien, este sector todavía se enfrenta a unas técnicas de medición y de información deficientes, lo que hace que muchos inversores se cuestionen si realmente sus inversiones están teniendo un impacto positivo en términos sociales y medioambientales».
Brunno Maradei, responsable mundial de Inversión Responsable en Aegon AM
En comparación con su experiencia en el departamento de desarrollo de la Comisión Europea, donde consensuar un marco de referencia para medir el impacto resultó «extenuante», Maradei observa que los esfuerzos del creciente número de inversores de impacto por medir y demostrar el impacto parecen más bien limitados.
«A medida que los inversores están más familiarizados con la inversión sostenible y los reguladores se esfuerzan por crear estándares y mejorar los datos, parece que algunos gestores de activos se mueven en terreno fronterizo, donde pueden diferenciarse declarando un impacto positivo sin preocuparse demasiado por tener pruebas que respalden sus afirmaciones. He leído muchos informes ‘de impacto’ que no muestran ningún impacto medible. A veces, simplemente se trata del informe de sostenibilidad del año anterior rebautizado con la nueva palabra de moda».
Brunno Maradei, responsable mundial de Inversión Responsable en Aegon AM
A pesar de todo, Maradei cree que la inversión de impacto sí aporta valor real y medible, y le anima ver que el sector de la inversión se está centrando en cuantificar y demostrar su contribución a un futuro más sostenible.
«En nuestra opinión, la clave de la inversión de impacto es tener unas expectativas razonables. La inversión de impacto es un campo emocionante y los inversores realmente pueden influir de forma muy positiva en los grandes desafíos a los que se enfrenta el mundo en términos de sostenibilidad. Pero que no esperen una solución mágica y que desconfíen de unos informes excesivamente positivos».
Brunno Maradei, responsable mundial de Inversión Responsable en Aegon AM
El experto considera la inversión de impacto como un continuo de «potencial y certeza». En un extremo, encontramos las inversiones directas de deuda y capital riesgo.
«Estas inversiones prácticamente garantizan el uso que se le dará a los fondos, ya que las mediciones de impacto y la presentación de informes pueden acordarse por adelantado como parte de los acuerdos de inversión. Los informes de impacto de las instituciones de financiación para el desarrollo nos muestran cómo debería medirse e informar sobre el impacto».
Brunno Maradei, responsable mundial de Inversión Responsable en Aegon AM
A medio camino, tenemos los bonos verdes y los bonos sociales, que describen claramente cómo se usarán los fondos y los requisitos de presentación de informes. En el otro extremo, están las inversiones realizadas en mercados públicos con criterios de inclusión o exclusión, en las que el impacto es «más marginal y menos certero, medible y atribuible, aunque pueden llegar a contribuir positivamente con el tiempo, si logran el tamaño adecuado y vienen acompañadas de compromisos concretos».