Acaban de publicarse los indicadores económicos y financieros correspondientes al mes de abril. En conjunto, sugieren la reanudación de la ralentización de la actividad. Algunas estadísticas sufrieron a la hora de confirmar su aceleración en marzo, como por ejemplo las ventas minoristas o las exportaciones. Por el lado de la oferta, la producción industrial se ha desacelerado nuevamente. Con todo, su ritmo de crecimiento es más alto que lo observado durante los dos primeros meses del año. Por otro lado, las actividades de construcción y el mercado inmobiliario siguieron resistiéndose, mientras que los créditos bancarios continuaron creciendo a un ritmo relativamente estable.
En este contexto, es importante no reaccionar de forma exagerada a tenor de los datos publicados. Siempre hemos destacado que los datos conocidos en marzo eran una excepción. Estaban vinculados a factores temporales específicos, en particular a los efectos de recuperación posteriores al año nuevo por un lado, y por otro lado a las expectativas en las decisiones de producción de las empresas con miras a reducir el tipo de IVA efectivo a partir del 1 de abril. Como resultado, la desaceleración de la actividad en abril no es una sorpresa. Sobre todo, no hay nada inquietante ya que:
- No hay ningún elemento que apunte hacia una ruptura en la trayectoria de crecimiento. De hecho, la recuperación de la ralentización solo afecta al sector industrial a un ritmo más lento que al inicio del año, por lo que nuestro indicador de actividad mensual (Proxy PIB) permanece relativamente estable. En términos de ventas minoristas, la fuerte desaceleración observada en abril (+ 7,2% interanual, el crecimiento más bajo desde 2003) se debe únicamente al factor estacional (menos días libres y menos fines de semana frente a abril de 2018) de acuerdo con la National Bureau of Statistics (NBS). Excluyendo las fluctuaciones estacionales, la NBS estima un crecimiento de 8,7%, equivalente al registrado en marzo;
- El crecimiento de la actividad debería beneficiarse aún más de los efectos expansionistas de las medidas de apoyo de las autoridades. Éstas, muy centradas en el consumo, se fortalecieron en marzo y, en última instancia, deberían manifestarse más en los próximos meses.
En conjunto, reafirmamos nuestro escenario. La desaceleración del crecimiento continúa. Es gradual, sin ruptura porque está «atenuada» por el apoyo proporcionado por las autoridades. Este último, más limitado que durante la fase de ralentización de 2015-2016, podría reforzar el retorno de las incertidumbres ligadas al conflicto comercial con Estados Unidos y pesar sobre la actividad. Asimismo, Beijing ya ha anunciado tres bajadas específicas de los ratios de reservas obligatorias para los bancos pequeños y medianos, desde el 11,5% hasta el 8% para el 17 de julio. La primera bajada tuvo lugar el miércoles. Se podrán implementar otras medidas en los próximos meses si es necesario.