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Daniel Roig de Tió&Codina Asesores – Asesor del mes
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Daniel Roig de Tió&Codina Asesores – Asesor del mes

Entrevistamos a Daniel Roig, Socio-Director de Tió&Codina Asesores.
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13 ENE, 2021

Por Leticia Rial de RankiaPro

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Os presentamos a Daniel Roig, Socio-Director de Tió&Codina Asesores. Daniel comenzó su carrera profesional en el mundo de la ingeniería civil, para más tarde pasar al mundo de las finanzas. Trabajó en Caja Ingenieros como gestor de fondos de inversión multiestrategia y después decidió emprender un nuevo proyecto profesional como socio en el despacho Tió&Codina Asesores, con un mayor enfoque en el asesoramiento.

Daniel Roig es ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Catalunya, posee un Máster en Mercados Financieros por la Universidad de Barcelona y cuenta con las certificaciones CFA y CAd (Certified Advisor).

¿Por qué optaste por dedicarte al mundo del asesoramiento financiero?

Soy ingeniero de caminos y estuve muchos años trabajando en el sector de la ingeniería civil, pero el mundo de las finanzas siempre había sido un mundo que atraía mi atención. El conocer el funcionamiento de los mercados financieros, aspectos sobre macroeconomía o cómo funciona la economía de una empresa, etc, eran aspectos desconocidos para mí de los que sentía la necesidad de explorar. Fue entonces cuando decidí volver del Reino Unido donde estaba trabajando para una empresa española en proyectos de ingeniería, y aproveché para formarme en el mundo de las finanzas. Realicé un máster en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona y me preparé para obtener la certificación CFA (Chartered Financial Analyst), la certificación profesional en finanzas más completa, de origen norteamericano y que se obtiene tras superar tres niveles muy exigentes. Actualmente en España sólo hay unas 800 personas con dicha certificación. La obtención de la certificación CFA fue un hito importante para mí ya que me aportó unos conocimientos muy extensos sobre el mundo de las inversiones.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Y lo que menos?

Lo que más me gusta de mi trabajo es la poca rutina ya que cada día es diferente. El mundo en el que vivimos está en cambio constante y el trabajo de asesor financiero precisa estar siempre al día. Es importante para un asesor financiero tener siempre los conocimientos actualizados y estar al corriente sobre nuevos productos de inversión. Además, cada cliente es totalmente diferente al resto, con sus particularidades que lo hacen claramente único. Esto hace que cada día sea diferente y me encuentre con retos y tareas diversas.

Por contra, nunca puedes tener toda la certeza de lo que va a ocurrir en los mercados financieros. En ingeniería existe una relación estable entre causa y efecto. En finanzas una misma causa puede llevar a diferentes efectos en los mercados y eso es lo que hace realmente difícil predecir su comportamiento exacto. En los mercados también existe un factor psicológico, pueden entrar en pánico o en euforia. El saber controlar este factor psicológico es una de las claves a la hora de asesorar a los clientes.

¿Cuáles son tus hobbies? ¿Consigues desconectar?

Tengo dos hijos, un niño de 7 años y una niña de 3 años, así que la mayor parte de mi tiempo libre lo dedico a disfrutar de mi familia. Nos gusta mucho la actividad al aire libre, así que en cuanto podemos no dudamos en salir con nuestra Volkswagen camper para hacer excursiones por la montaña o playa. Cuando se trabaja para uno mismo es difícil desconectar del todo, sobretodo en este sector donde siempre tienes que estar al día de los últimos acontecimientos que puedan afectar a los mercados. Por suerte los mercados cierran el fin de semana.

¿Cuáles son los retos más importantes a los que te has tenido que enfrentar durante la crisis del COVID-19?

Las caídas en los mercados durante el mes de marzo fueron realmente históricas en cuanto a su magnitud pero sobretodo en cuanto a la rapidez con las que se produjeron. En un solo día la bolsa mundial cayó más de un 7% y los días posteriores los mercados entraron en pánico. La volatilidad se disparó a niveles históricos, incluso mayores que en la crisis del 2008, y fueron momentos complicados para algunos de nuestros clientes, sobretodo para aquellos que no habían vivido la experiencia de la anterior crisis. El hacer comprender a algunos inversores que ese precisamente no era el momento de deshacer sus posiciones, y que justo era el momento de incrementar no fue una tarea nada fácil. Otro reto que nos hemos ido encontrando a la largo de la pandemia era como seguir con el contacto personal con nuestros clientes, sobretodo aquellos de mayor edad poco habituados a las nuevas tecnologías.

¿Crees que durante estos meses de pandemia se ha puesto en valor la figura del asesor financiero?

Durante el pasado año 2020 se ha puesto de manifiesto claramente la necesidad de contar con la figura de un asesor financiero con muchos años de experiencia y con conocimientos financieros avanzados, sobre todo para aquellos inversores que no disponen de ambas cualidades. Los últimos meses han sido muy complicados en todos los aspectos, y también en cuanto a las inversiones financieras, por este motivo aquellos inversores que hayan contado con la figura de un asesor financiero cualificado habrán visto recompensada esta figura en los resultados de sus inversiones; mientras que para otros inversores habrá sido seguramente un año lleno de frustraciones. La visión de nuestro despacho es que para los próximos años se mantendrán los tipos de interés en niveles muy bajos, y esta situación va a perjudicar al inversor más conservador que verá cómo sus ahorros sufren el efecto corrosivo de la inflación, sin encontrar productos libres de riesgo que los puedan proteger. Sobre todo para este perfil de inversor más conservador será clave disponer de un asesor financiero profesional que le ayude en la toma de decisiones si realmente quiere obtener rentabilidades de sus ahorros.

¿Cómo deben orientar los inversores sus carteras en 2021?

Creemos que en 2021 entraremos en una fase de recuperación económica a medida que las restricciones relacionadas con la pandemia vayan quedando atrás. Así nos encontraremos con una recuperación de los beneficios empresariales, junto con una política monetaria y fiscal todavía acomodaticias que llevaran a mantener los tipos de interés en los niveles bajos actuales. En esta fase del ciclo económico el activo que suele comportarse mejor es la renta variable.

Nuestra recomendación de cara a este año sería adoptar una estrategia tipo Barbell, es decir, dividir la cartera en dos partes: una parte con un riesgo muy reducido que aporte estabilidad a la cartera, y otra parte con un riesgo alto que funcione como motor para la rentabilidad. En la parte de riesgo reducido nuestra apuesta sería para la renta fija corporativa en euros, de corta duración y de buena calidad crediticia. Dentro de la renta fija, nuestra recomendación es la de evitar duraciones altas para reducir los efectos de una posible futura subida de tipos de interés, y sobre todo evitar la deuda de gobiernos de la zona euro con unos tipos de interés ultra bajos dopados por el BCE. En la parte de riesgo alto nuestra preferencia seria para la renta variable global. Este 2021 será el año donde veremos la aparición de la tecnología 5G, una tecnología que llevará la conectividad inalámbrica a otro nivel y que permitirá la aparición de nuevas aplicaciones y nuevos servicios desconocidos todavía para los usuarios; la realidad virtual, la forma como interactuamos en las redes sociales, coches autónomos y robots que interactúan con el entorno, etc. En definitiva esta nueva tecnología permitirá llevar a otro nivel la revolución digital que está viviendo nuestro mundo, y es por eso que continuamos recomendado incluir renta variable del sector tecnológico en nuestras carteras. Otra tendencia que observamos es la inversión en sostenibilidad según criterios ISR (inversión socialmente responsable); empresas alineadas con los los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU están captando la atención de los principales inversores. Es por este motivo que también recomendamos incluir fondos de renta variable global que inviertan según esta temática.

¿Qué retos tenéis en Tio&Codina Asesores de Inversiones para los próximos meses?

Somos un despacho pequeño, así que nuestro reto principal es dar a conocer nuestros servicios a un mayor número de clientes. Estamos en un país donde cerca del 75% de las inversiones de particulares en productos financieros se realiza siguiendo únicamente los consejos de su entidad bancaria comercial. Mucha gente desconoce la figura de un asesor financiero externo donde siempre va a velar por los intereses del cliente frente a los intereses de cualquier entidad. Nos gustaría poder crecer pero a la vez sin renunciar al servicio personal y cercano que damos a nuestros clientes. A parte de crecer en asesoramiento financiero tenemos otros retos, uno de ellos es poder ofrecer un mayor número de servicios. Un ejemplo sería proporcionar asesoramiento en inversiones alternativas de capital riesgo, algo que ahora mismo no hacemos, pero para ello deberíamos plantearnos el incorporar otra persona en el despacho.

¿Cuál es tu mayor frustración como asesor financiero?

Estamos en un país donde hay muy poca cultura financiera. Mientras que en los países anglosajones, por ejemplo, es mucho más habitual que el inversor particular utilice los activos financieros para canalizar su ahorro, aquí en España todavía se percibe el activo inmobiliario como el mejor activo para invertir. Mi mayor frustración es la de encontrar pocos inversores particulares con unos buenos conocimientos financieros. Incluso algunas veces nos hemos topado con algunos inversores que les cuesta comprender y aplicar el principio básico de toda inversión, tanto financiera como no financiera, como es la diversificación. Estamos en un mundo muy globalizado y por lo tanto es clave pensar en global en todas nuestras inversiones.

¿Qué diferencias observas en la forma de invertir de las nuevas generaciones?

Tengo la sensación que las nuevas generaciones son cada vez menos pacientes y con unas expectativas cada vez mayores de obtener rentabilidades en un corto periodo de tiempo. Estas altas expectativas y poca paciencia hace que generalmente tengan mayor rotación en sus carteras de inversión, una rotación que desde mi punto de vista es totalmente errónea. Tal y como decía Warren Buffet, los mercados financieros son un mecanismo de transferencia de dinero de los inversores impacientes a los pacientes. Nosotros somos inversores en el largo plazo y no especulamos en el corto plazo ya que su comportamiento es muy imprevisible. En lo que nos centramos nosotros es en analizar cómo se pueden comportar los diferentes activos financieros en los próximos años y de esta manera enfocar nuestras inversiones. En definitiva nuestro enfoque precisa de paciencia. Otro aspecto que he notado en las nuevas generaciones es que muestran un mayor interés por las criptomonedas, un activo que no contemplamos dentro de nuestro universo de inversión por su alto componente especulativo; y nosotros no especulamos con el dinero, sino que lo invertimos en activos que sean capaces de generar flujos de caja.

¿Dónde te ves dentro de 10 años?

Realmente no se donde me veo dentro de 10 años. Me gustaría poder seguir ofreciendo mis servicios como asesor financiero pero el mundo en el que estamos cambia tan rápido que es muy difícil saber lo que nos depara el futuro tan lejano. En el mundo del big data, de los servicios online, de la inteligencia artificial, de la inversión pasiva, etc., podría ser que dentro de 10 años un robot pudiera ofrecer un servicio de asesoramiento financiero personalizado. A mi me cuesta todavía entender que la gente pudiera preferir interactuar con un robot online frente a un servicio personal... pero quien sabe.

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