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¿Cómo diversificar las carteras con ETF?
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¿Cómo diversificar las carteras con ETF?

Utilizar ETF es una forma de aportar diversificación a una cartera de forma transparente y a un coste competitivo; además, permiten posicionarse en ciertos segmentos o activos que no son fácilmente invertibles mediante otros vehículos de inversión.
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Actualizado:

13 DIC, 2023

Por Leticia Rial de RankiaPro

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Los inversores recurren a la diversificación en un intento por gestionar el riesgo global de una cartera. La clave de la diversificación está en detectar activos cuyas rentabilidades respondan a factores independientes entre sí. Por su naturaleza, los ETF llevan implícitos dicha diversificación, ya que al replicar índices de una gran variedad consiguen cubrir un amplio espectro a la hora de incorporarlos en las carteras. De la mano de los expertos de Invesco, Amundi y UBS Asset Management conocemos la manera más óptima de diversificar nuestras inversiones a través de fondos cotizados.

Laure Peyranne, Directora de ETFs para Iberia, Latinoamérica y US Offshore de Invesco

¿Todavía no tiene ETF en su cartera? La contribución de los ETF a la diversificación de una cartera es similar a la que pueden ofrecer otras herramientas de inversión, ya que son totalmente complementarias.

Los ETF presentan algunas características específicas que les hacen muy atractivos. Por un lado, pueden aportar una exposición eficiente a los grandes índices -sean de renta variable, renta fija o materias primas- para construir la parte core de la cartera. Esto permite aumentar la diversificación al ofrecer acceso a una gran cantidad de alternativas de inversión diferentes de una forma sencilla, transparente y a un coste competitivo. Estas alternativas pueden ser geográficas (diferentes países o regiones) o también desde el punto de vista de las clases de activos o segmentos del mercado (índices de referencia de mercado, sectoriales, etc…). A través de un ETF, por un importe mínimo de inversión puedes acceder a cientos de compañías por un precio muy competitivo. Además, hay activos donde la ventaja competitiva de los ETF respecto al resto es prácticamente imbatible, como por ejemplo la renta variable estadounidense, donde son capaces incluso de batir consistentemente la rentabilidad del índice S&P 500 al que replican.

Por otro lado, es un vehículo perfecto para tener exposición a determinadas partes o nichos del mercado que podrían aportar diversificación y contribuir a la rentabilidad de la cartera. Un buen ejemplo de ello son los ETF temáticos, que ofrecen acceso a aquellas tendencias o actividades con un potencial de desarrollo y permanencia a largo plazo, como pueden ser la tecnología blockchain o biotecnología.

Los ETF pueden también aportar diversificación operativa. Gracias a su sencillez y accesibilidad, se pueden comprar y vender en cualquier momento del mercado (algo importante cuando los mercados sufren una elevada volatilidad). Además, la inmensa mayoría de ellos son adecuados para cualquier tipo de inversor: son tan sencillos que cualquiera puede entender su funcionamiento y qué puede esperar de ellos. Y respecto al coste, permiten tomar posiciones en los principales índices europeos y estadounidenses, como el S&P500 o el Eurostoxx 50, desde solo un 0,05% anual, o en metales preciosos como el oro por un 0,12% anual.

La gestión pasiva ocupa un puesto cada vez más relevante en la cartera de los inversores españoles. Más del 30% del patrimonio invertido en fondos de inversión en nuestro país están gestionados pasivamente, frente al 5% de hace solo una década. Estas cifras demuestran que los ETF se han convertido ya en una herramienta muy importante y útil para los inversores.

Juan San Pío, director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica

Uno de los muchos aspectos atractivos de la inversión en ETF es que estos vehículos son una gran herramienta de diversificación de carteras.  Cada ETF se compone de una variedad de activos subyacentes cuyo objetivo es replicar el rendimiento de un índice. Al invertir en un único ETF, los inversores pueden acceder a un mercado específico compuesto por cientos, e incluso miles, de valores. Esto convierte a estos fondos en un eficaz diversificador de una cartera. Los ETF también ofrecen una amplia variedad de "bloques de asignación" puros. Pueden utilizarse para una inversión “core” con una amplia exposición al mercado gracias a grandes índices vanilla (sencillos). Pero también se utilizan cada vez más para exposiciones llamadas “satélite", dada su flexibilidad, estructura de bajo coste y el acceso que ofrecen a una multitud de exposiciones a subsegmentos específicos. Así, pueden utilizarse como vehículos para implementar cualquier idea de inversión o asignación de activos.

Basados en una metodología de réplica sistemática, los ETF son instrumentos de inversión totalmente transparentes. Están ampliamente extendidos y ofrecen una forma eficiente de invertir, con objetivos de inversión fácilmente comprensibles.

Dado que los ETF se negocian en bolsas de valores, también son sencillos de negociar y muy líquidos. Permiten a los inversores implementar sus visiones de inversión de forma rápida y eficaz y pueden utilizarse para ajustes tácticos de la cartera. Con más de 2.000 ETF cotizados en Europa, los inversores disponen de un amplio abanico de opciones para adaptarse a sus perspectivas de inversión y alcanzar sus objetivos con un enfoque diversificado.

Willem Keogh, responsable de análisis de inversión de ETFs y de fondos índice en UBS AM

Los ETF ofrecen excelentes oportunidades de diversificación, ya que permiten a los inversores acceder a una amplia gama de clases de activos, zonas geográficas, sectores y perfiles de sostenibilidad. En función de sus objetivos y preferencias de inversión, los inversores pueden añadir determinados ETF a su cartera actual para diversificar su exposición global.

Consideremos un ejemplo práctico de un inversor que busca tener una cartera diversificada a escala mundial con características de riesgo moderadas. Suponiendo una estrategia clásica 60-40, un inversor podría asignar el 60% a un ETF de renta variable global, y combinarlo con una inversión del 40% en un ETF de índice de renta fija global agregado. Por el lado de la renta variable, comprando, por ejemplo, un ETF que siga el índice MSCI All Country World, el inversor gana exposición a unos 2.950 valores de renta variable tanto de mercados desarrollados como de emergentes1. Del mismo modo, invirtiendo en un ETF que siga el índice Bloomberg Global Aggregate Bond, el inversor obtendría acceso a más de 4.000 emisores de bonos y a 29.000 bonos individuales con grado de inversión de emisores de 71 países que abarcan tanto la deuda de los mercados desarrollados como la de los emergentes2.

Una estrategia de inversión de este tipo resultaría en una cartera bien diversificada en dos clases de activos y varias geografías con unos ratios de gastos totales (TER por sus siglas en inglés) generalmente bajos. Además de estas ventajas, el inversor tendría transparencia diaria en cuanto a los componentes de la cartera, así como la flexibilidad de negociar los ETF en bolsa de la misma forma que las acciones.

Más allá de los aspectos de diversificación que pueden aportar los ETF, los inversores también podrían utilizarlos para personalizar sus asignaciones estratégicas o tácticas de activos, así como para considerar otros criterios de inversión como la sostenibilidad. Algunos ejemplos serían los ETF que ofrecen exposición a temas sostenibles y climáticos, materias primas, determinadas inclinaciones de factores (por ejemplo, value o growth) o temas de inversión concretos (por ejemplo, igualdad de género), etc.

Los ETF ofrecen a los inversores la flexibilidad no sólo de diversificar sus carteras de forma transparente y rentable, sino también de afinar sus exposiciones invirtiendo en ETF que tienen objetivos de inversión muy específicos, capaces de ajustarse a las metas del inversor.

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