Los inversores que desean un resultado electoral definitivo en Estados Unidos tendrán que esperar más tiempo y las probabilidades de una elección prolongada y disputada han aumentado materialmente. Queda mucho por decidir, principalmente, qué candidato presidencial puede ganar la mayoría.
El resultado de la ‘Ola Azul’ que los inversores habían descontado antes del evento no parece probable que se materialice. Los demócratas no lograron suficientes avances en las principales carreras por el Senado. La caída de la TIR de los bonos del Tesoro a 10 años, que cayó hasta 17 puntos básicos desde el punto máximo de su sesión antes de volver a dar marcha atrás en parte, muestra que los inversores han rebajado sus expectativas sobre las perspectivas de crecimiento e inflación, ahora que es muy poco probable que se produzca el importante y continuo estímulo fiscal que habría acompañado a la ‘Ola Azul’.
Los mercados fueron tumultuosos durante la noche, cuando los inversores se enfrentaron a la disminución de las probabilidades de una ‘Ola Azul’, al buen resultado del Presidente Trump en algunos estados indecisos y a la constatación de que no se obtendría un resultado concluyente.
Más allá de los estados que están sólidamente a su favor, Biden necesitará asegurar 32 votos electorales más a través de Pennsylvania (20), Georgia (16), Michigan (16), Carolina del Norte (15), Wisconsin (10) y Nevada (6) para salir victorioso. Ambos candidatos tienen un camino hacia la victoria, pero el de Biden es más claro. Él sólo tendría que mantener estrecho liderazgo en Nevada y Wisconsin, y dar la vuelta a Michigan o Georgia para ganar. Muchos de los votos aún por contar son votos por correo, que han estado cayendo a favor de Biden y desafiando las perspectivas de reelección del Presidente Trump. En resumen: esta es una elección muy reñida. Este diluvio de votos por correo también puede retrasar el anuncio de un ganador, y es probable que también esté sujeto a impugnaciones legales. El evento ha pasado, pero el riesgo asociado al evento no.
Escenario 1: Biden sigue siendo el ganador más probable, pero con un Congreso dividido
Basándonos en lo que sabemos ahora, Biden parece tener una ventaja. Sin embargo, si finalmente sale victorioso, el nuevo presidente probablemente asumiría el cargo con un Congreso dividido. Este escenario es probable que resulte en un menor apoyo fiscal en el futuro, con un Senado Republicano sirviendo como un control de las ambiciones de gasto de los Demócratas y redescubriendo un compromiso hacia una mayor presión fiscal. El riesgo asociado con este resultado electoral es que no hay apoyo fiscal adicional en perspectiva.
Dada la recuperación del mercado laboral, que ha sido mejor de lo que se esperaba, y el exceso de ahorros, incluso un pequeño estímulo podría ser suficiente para disminuir los riesgos de caídas y mantener la expansión de Estados Unidos firmemente intacta.
Desde la perspectiva del mercado, este resultado ofrece aspectos positivos. El fuerte repunte de los futuros del Nasdaq desencadenó los límites de cotización en la sesión nocturna, lo que indica que se han eliminado los riesgos fiscales y regulatorios que podrían haber surgido en el marco de un gobierno democrático unificado. Una perspectiva más moderada de la actividad beneficia en general a las acciones de tradicionales de crecimiento.
Al mismo tiempo, es probable que un Presidente Biden se comprometa con una política exterior y comercial más previsible, que puede disminuir mucho, pero no todo, el descuento proteccionista incorporado en los activos extranjeros. Como tal, también consideramos que la subida del dólar es incompatible con las implicaciones de una presidencia de Biden. Esperaríamos que el dólar se debilitara, particularmente frente a las monedas de los mercados emergentes, en caso de que se vaya aclarando su victoria.
Escenario 2: Más de lo mismo
En el caso de una reelección de Trump, esperamos que se repitan algunas de las tendencias que marcaron su sorprendente triunfo en 2016: una mayor rentabilidad en la renta variable estadounidense y un dólar más fuerte. Se esperaría que la renta variable de los EE.UU. se comportara mejor que sus homólogos internacionales debido a su elevada exposición a las empresas de alto crecimiento, que tienden a obtener mejores resultados en entornos de menor crecimiento, sobre todo teniendo en cuenta el empeoramiento de los rebrotes de Covid. Además, los activos globales tendrían que descontar un mayor grado de riesgo comercial en el segundo mandato de Trump. El limitado margen de maniobra del Presidente para avanzar en las prioridades legislativas implica que podría aplicar una política comercial aún más activista, ya que goza de un alto grado de autonomía en este ámbito. Un beneficio clave de una victoria de Trump es que abre la posibilidad de que se apruebe oportunamente un paquete fiscal antes de fin de año, lo que ayudaría a amortiguar la economía ante cualquier aceleración estacional en el número de casos de la COVID-19.
Escenario 3: Incertidumbre continua
Los inversores también deben estar preparados para la posibilidad de que los recuentos estatales y las impugnaciones judiciales hagan que el resultado de las elecciones presidenciales sea incierto hasta el final de esta semana. La prolongada incertidumbre podría socavar las perspectivas económicas en un momento en que los casos de COVID-19 están aumentando en todo el mundo desarrollado, y frustran las limitadas perspectivas de apoyo fiscal durante el período de transición. Esperaríamos que las acciones tuvieran un mal comportamiento llegados a este punto. Asimismo, otras divisas refugio ganarían terreno en relación con el dólar estadounidense, con las divisas de los mercados emergentes de mayor riesgo sometidas a presión. La persistente incertidumbre electoral puede crear situaciones de estrés en el mercado que pueden servir como oportunidades de inversión atractivas. Esto se debe a que, aunque el continuo goteo de los resultados electorales sigue siendo noticia, el panorama general sigue siendo positivo para los activos financieros. La economía mundial se está recuperando de una grave conmoción más rápido de lo que esperaban los analistas, y la industria manufacturera mundial está experimentando un sólido repunte de manera generalizada. Es probable que se produzcan más estímulos fiscales para aumentar la expansión, independientemente del resultado de las elecciones. Y aunque COVID-19 sigue siendo un riesgo clave en los meses de invierno para la mayoría de las economías avanzadas, esperamos la aprobación de emergencia de una vacuna eficaz para finales de año.
Como conclusión, estos riesgos relacionados con las elecciones acabarán reduciéndose. En medio de la incertidumbre política, no hay duda de que el Presidente tomará posesión el 20 de enero de 2021. Cuando estos riesgos políticos hayan disminuido, los inversores estarán atentos al desempeño de 2021 – un año previsto para reparar los daños causados por COVID-19 a través de un progreso significativo hacia la normalización económica.