La temporada de publicación de resultados del segundo trimestre ha llegado a su fin en Estados Unidos. El crecimiento de los beneficios ha sido mejor de lo esperado, con un aumento del 1% interanual. Las cuestiones más destacables de los resultados publicados son:
- Las empresas han adoptado nuevas medidas para reducir las repercusiones de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China. La producción, o bien se ha alejado de China, o bien se han anunciado planes de subidas de precios para compensar el aumento de los aranceles.
- También se han pospuesto algunas decisiones de inversión.
- Continúa la presión sobre los márgenes de las empresas como consecuencia de las bajas tasas de desempleo del mercado laboral, del mayor coste de las materias primas y de la mayor fortaleza del USD.
- Preocupan los datos de crecimiento económico en EE. UU. y el resto del mundo, pero no una recesión propiamente dicha.
La reducción de los costes de financiación se ha traducido en un aumento del apalancamiento empresarial.
¿Nuestra opinión?
El ciclo económico ya ha superado su nivel máximo, como confirma la última lectura del Instituto de Gestión de la Oferta, que se sitúa por debajo del 50%. El último informe del Instituto observó: «Contracción de los nuevos pedidos, la producción y el empleo; ralentización de los envíos de proveedores a un ritmo menor; contracción de los pedidos pendientes… Contracción de las exportaciones y las importaciones».
La confianza empresarial estadounidense es el motor tanto de la inversión en bienes de capital como del empleo. En agosto se registró una drástica caída de la confianza de los directivos (que ha bajado un 6% intermensual). Esto representa una disminución de casi un 20% desde su nivel máximo alcanzado en 2018, y una caída de la confianza empresarial es sintomática de un riesgo bajista para el mercado laboral. Mientras tanto, la patente desaceleración del empleo en el sector manufacturero (evidenciada también por los índices de directores de compras del ISM/Markit) muestra que la disminución de la confianza empresarial amenaza con debilitar la creación del empleo y, a su vez, el gasto de los consumidores.
Por lo tanto, estamos atentos a cualquier signo de deterioro de los datos sobre empleo y observamos de cerca las solicitudes semanales de prestaciones por desempleo. También es motivo de preocupación que el retroceso en los índices de confianza empresarial pudiera dar lugar a recortes en el gasto en bienes de capital.
¿Cómo afecta esto a la selección de valores?
Las valoraciones, en su conjunto, están infladas. Esto hace que resulte difícil justificar la compra de empresas cíclicas en este momento. Dos excepciones a nivel sectorial son, en nuestra opinión, la vivienda y los semiconductores. La vivienda saldrá beneficiada de los tipos de interés más bajos. Los semiconductores se caracterizan por tener un ciclo propio.
Nos sentimos cómodos con nuestra posición más defensiva: ejemplos de ello son empresas como Booz Allen (contratista de servicios gubernamentales) y Crown Castle (torres de telecomunicaciones inalámbricas).
Los aranceles y China siguen dominando la afluencia de noticias y provocan un aumento de la volatilidad. A nuestro juicio, es poco probable que el conflicto comercial se resuelva a corto plazo o antes de las elecciones. En nuestro caso, la exposición general a China es relativamente baja: la redujimos en el segundo semestre del año pasado.
En el sector de la vivienda, nos sigue gustando Masco. Comercializa equipos de pintura y fontanería (destinados a la reparación y remodelación más que al mercado de vivienda nueva) y sigue ofreciendo una buena rentabilidad. También obtuvimos beneficios gracias a Lowes, un minorista dedicado a las mejoras del hogar que está experimentando un cambio de rumbo bajo el mando de un nuevo equipo directivo. Tradicionalmente, los resultados de Lowes han sido inferiores al de su mayor competidor, Home Depot. A finales del año pasado publicó unos resultados trimestrales decepcionantes que hicieron que el mercado perdiera la confianza en el cambio de rumbo. Nosotros incrementamos nuestra cartera hace poco y hemos sido recompensados con unos resultados mucho mejores de lo esperado en el último trimestre.
En conjunto, seguimos manteniendo un sesgo distante respecto de las empresas que se benefician del crecimiento económico y proclive hacia aquellas cuyas perspectivas dependen menos de las condiciones económicas en general.