La Fed ha decidido mantener los tipos de interés en el rango de entre el 0% y el 0,25% hasta, previsiblemente, el año 2022. Además, la Reserva Federal ha advertido de que la pandemia del COVID-19 todavía representa un importante riesgo para la economía y, en este sentido, está dispuesto a usar todas las herramientas que tiene a su disposición para apoyar la economía estadounidense. La Fed también ha dejado claro que seguirá comprando activos el tiempo que sea necesario para así apuntalar el funcionamiento del mercado y promover la transmisión de su política monetaria. ¿Cómo han reaccionado las gestoras internacionales? Os dejamos a continuación con los comentarios de Fidelity, Janus Henderson, Mediolanum, Nordea AM y Ostrum AM.
Anna Stupnytska, responsable del área de Macroeconomía Global y Estrategia de Inversión de Fidelity
Como se preveía, la Reserva Federal no anunció ningún cambio relevante en su política tras la conclusión de la reunión del FOMC de ayer. La declaración resultante contenía pocos cambios con respecto a la reunión del mes anterior: se mantiene el sesgo expansivo y se hace hincapié en el hundimiento de la actividad, las bajas tasas de inflación y los “considerables riesgos” para las perspectivas.
Aunque el presidente Powell confirmó la reciente relajación de las condiciones financieras (véase gráfico 1) y las primeras señales de estabilización en los datos, donde se incluyen las sorprendentes cifras de empleo de mayo, la Fed sigue muy preocupada por la trayectoria de la recuperación a la vista de la persistente incertidumbre.
De acuerdo con el resumen de proyecciones económicas, los miembros del FOMC esperan que la economía se contraiga un 6,5% en 2020 y que rebote un 5% en 2021 y un 3,5% en 2022. Se prevé que la inflación (PCE) se mantenga por debajo del objetivo hasta finales de 2022.
La tasa de desempleo prevista se sitúa en el 9,3% a finales de año e irá descendiendo hasta situarse en el 5,5% a finales del periodo cubierto por las previsiones en 2022. Un aspecto interesante es que la tasa de desempleo a largo plazo se mantuvo en el 4,1%, lo que sugiere que no se prevén daños permanentes en el mercado laboral, al menos en estos momentos. Al mismo tiempo, el FOMC no espera que suba el tipo de los fondos de la Fed hasta 2022.
A través de sus contundentes acciones durante la crisis, la Fed se ha reservado cierto margen de maniobra. Mientras reúne más información sobre la forma y la velocidad de la recuperación, así como pruebas de la magnitud del daño permanente a la economía, estará en mejor posición para responder a finales de año. Powell insistió en que podrían ser necesarios más estímulos tanto de la Fed como del Congreso, sobre todo si los indicadores generales de desempleo ponen de relieve un mayor riesgo de daño permanente para el mercado laboral.
Creo que la Fed tendrá que salir de nuevo en apoyo de la economía durante los próximos meses. Después del rebote inicial propiciado por la reapertura, el camino hacia el pleno empleo será mucho más complejo. Además, los riesgos relacionados con las posteriores oleadas de contagios, las próximas elecciones, la debilidad de la recuperación mundial y las tensiones comerciales probablemente compliquen el restablecimiento de la economía.
Espero que la Fed ponga en marcha algún tipo de control de la curva de tipos e introduzca un marco de forward guidance (las declaraciones sobre la evolución futura de la política monetaria) basado en los resultados en su reunión de septiembre. No obstante, los riesgos están orientados hacia nuevos estímulos, especialmente si no se controla eficazmente un posible rebrote.
Nick Maroutsos, co-responsable de bonos globales en Janus Henderson
Si bien podríamos considerar que esta reunión no ha aportado novedades reseñables, creemos que el cónclave de septiembre revestirá mayor interés, dado que es más probable que la Fed aborde entonces la cuestión del control de la curva de rendimientos. A este respecto, creemos que la pregunta no es si se aplicará dicho control, sino cuándo se llevará a cabo. Sin embargo, basándonos en las experiencias de otros países, prevemos que las ventajas de implementar un programa de estas características serían mínimas. La idea de situar los tipos de interés en terreno negativo también estará sobre la mesa, pero, a nuestro juicio, resulta poco probable que llegue a materializarse, puesto que sus resultados son aún más discutibles que los del control de la curva de rendimientos. Y si no, que se lo pregunten a Europa y a Japón.
Dicho esto, consideramos que los programas actuales serán objeto de ampliaciones y modificaciones, especialmente aquellos orientados a la economía real (Main Street). Hasta que la Fed no infunda el mismo nivel de confianza entre las empresas pequeñas y los trabajadores que el que suscita entre las empresas prestatarias de mayor envergadura que se benefician de unos tipos reducidos —sin que sus ventajas se dejen sentir en otros segmentos de la economía—, creemos que las perspectivas de que se produzca una recuperación total seguirán siendo endebles.
Charles Diebel, responsable de renta fija de Mediolanum International Funds
El FOMC confirmó en su declaración de anoche que estarán allí para contener a los mercados. Ofrecieron unas previsiones bastante fuertes a futuro que sugieren que las tasas se mantendrán en niveles cerca de cero a finales de 2021, en 2022 y, asimismo, que mantendrán su ritmo actual de compras de activos en el futuro previsible a 80 mil millones de dólares de EE.UU. de UST (United States Treasury) por mes y 40 mil millones de dólares de MBS (Mortgage Backed Securities) por mes.
En general, su evaluación del riesgo y la situación de la economía fue, en el mejor de los casos, moderada y, ciertamente, no pareció implicar que verían una recuperación en forma de V, aunque esperan una mejora material de los actuales niveles en la segunda mitad.
Los bonos del tesoro americanos se consolaron con las noticias y se recuperaron un poco, mientras que la curva se aplanó al mantener su posición direccional. El dólar se debilitó en las noticias, pero un cierto grado de riesgo ayudó a estabilizar la unidad poco después.
En el futuro esperamos que la orientación del FOMC mantenga los rendimientos en un rango bastante limitado en torno a los niveles actuales, pero con el virus todavía extendiéndose en los EE.UU. el pronóstico para el USD y las acciones es menos seguro.
Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM
La Reserva Federal tuvo una perspectiva un tanto desalentadora de un elevado nivel de desempleo durante mucho tiempo, pero aún así espera que caiga por debajo del 10% este año. La Gran Crisis Financiera sugiere que el mercado laboral mejora más lentamente que lo que la Reserva Federal indica.
La Fed prevé que las tasas se mantengan en pausa hasta el 2022 y anunció que se discutió sobre el control de rendimiento, pero nada más allá de esto y no se mencionan las tasas de interés negativas ni nadie que esté planeando una en el punto.
Seguimos esperando que la Reserva Federal se mueva hacia las tasas de interés negativas que debilitarían el dólar y el control de los rendimientos. Por eso pensamos que quieren ver que la Casa Blanca entregue otro paquete fiscal ya que las tasas negativas y el control de rendimiento ayudarían significativamente a la difusión y a la narrativa del presidente.
Philippe Waechter, jefe de análisis de Ostrum AM (Natixis IM)
La Reserva Federal es unánime en cuanto a los tipos, no en todo lo demás.
La Reserva Federal es unánime en cuanto a la estabilidad de la tasa de los fondos federales hasta 2022. No hay divergencias en el FOMC.
No hay un objetivo en la curva de rendimiento, pero las compras continuarán de forma masiva en los próximos meses para contrarrestar los efectos de la pandemia.
La diferencia en los pronósticos entre los miembros del FOMC es increíble. No hay unanimidad aquí. En 2021, el PIB podría contraerse un -1% según un miembro o crecer un 7% según otro. La tasa de desempleo podría evolucionar hacia el 4,5% o el 12%. El modelo de recuperación no es claramente uniforme en la Reserva Federal.
Durante la Gran Recesión no hubo tal divergencia. Los perfiles no tenían la misma pendiente pero los patrones eran similares. No es así en absoluto durante esta crisis pandémica. Las próximas discusiones serán interesantes. La lectura de las actas valdrá la pena tanto por la justificación de las diferentes previsiones como por la justificación de unas tasas estables para el 2022 si el crecimiento empieza a recuperarse.