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Fondos mixtos flexibles: ¿cómo acertar en la elección?
Fondos mixtos

Fondos mixtos flexibles: ¿cómo acertar en la elección?

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4 OCT, 2018

Por Guillermo Santos de iCapital

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Los fondos de inversión de tipo mixto son una de las grandes herramientas de inversión para muchos españoles que soportan con dificultad la volatilidad propia de los fondos direccionales ligados a un único tipo de activo, especialmente si éste es la renta variable. En momentos de fuertes caídas de los mercados de bonos y acciones, como está sucediendo en este ejercicio en la mayoría de mercados (la excepción es la bolsa USA), se demuestra la efectividad de la estrategia de gestión de un fondo de inversión de este tipo, sobre todo si al término mixto se incorpora el de flexible. La cuestión es elegir bien y aquí voy a exponer los criterios que considero más adecuados para ello.

¿Qué es un fondo mixto flexible?

Los fondos mixtos flexibles son los que invierten una parte de su patrimonio en activos de renta fija y la otra parte en renta variable sin tener limitaciones en el mínimo y máximo de exposición a cada tipo de activo. La parte no invertida en bonos o en acciones estará, lógicamente, en efectivo o cash, tercer asset class por excelencia en la Teoría Moderna de Carteras. Tener ahora efectivo puede parecer contradictorio con la obtención de rentabilidad pues su retorno es negativo, pero puede cumplir otras funciones en una cartera como luego veremos.

El nivel de diversificación acostumbra a ser clave en el comportamiento de los fondos de esta categoría. El siguiente gráfico del fondo Dunas Valor Flexible muestra cómo los distintos tipos y subtipos de activo han aportado a la rentabilidad global del fondo, lo que, implícitamente, atenúan su volatilidad:

Fuente: Dunas Capital, datos a 31/08/18

La utilización de futuros para incrementar o reducir la exposición a renta variable así como para llevar a cabo coberturas del nivel de Duración de la cartera de bonos, son rasgos típicos de los fondos mixtos flexibles. Junto a ellos, el componente de cash en cartera (para muchos es el mejor hedge ya que además siempre está disponible para ser reinvertido) y la diversificación geográfica, son los elementos más definitorios de esta clase de fondos.

Es habitual ver cómo en función del peso medio de cada componente en cartera se establecen subgrupos de fondos mixtos por parte de reguladores y empresas financieras que confeccionan bases de datos especializadas. Esta manera de agrupar este tipo de vehículos de inversión me parece un gran error y puede llevar a la toma de decisiones de compraventa equivocadas si el inversor no se asesora debidamente. A mi juicio, los fondos mixtos deben distinguirse por rangos de volatilidad tomando series temporales superiores a 3 años (deseable 5 – 7 años), lo que permite valorar de manera más rigurosa su verdadero nivel de riesgo. Con esto, estoy asumiendo la defunción de las subcategorías tradicionales de mixto fijo y mixto variable en beneficio de una única que es la del fondo mixto flexible pudiendo, dentro de ésta, establecer distintos grupos en función del riesgo (volatilidad) medio que el gestor asume y que el comportamiento del fondo ha mostrado durante los últimos años.

Aspectos imprescindibles para un fondo mixto flexible

Un fondo de inversión mixto de calidad debe reunir las siguientes características:

  • No estar sujeto a benchmark o referencia de gestión alguna.
  • Tener volatilidad baja y, si es alta, siempre predefinida dentro de un rango y menor que la de la renta variable pura.
  • Anteponer siempre la preservación de capital en plazos de tiempo asumibles por la mayoría de inversores (3 a 5 años).

En todo caso, un buen fondo mixto flexible debe intentar capturar buena parte de las subidas de las bolsas y evitar sus caídas en la máxima medida posible.

Enorme dispersión de resultados

Observando los fondos mixtos seleccionados por las principales bancas privadas de nuestro país, se pone de manifiesto una enorme dispersión de resultados. Estas variaciones se acentúan en fases de fuerte incremento de la volatilidad en la renta variable y la renta fija, siendo varias fases del presente año 2018 un buen ejemplo de ello.

Así, a 19 de septiembre pasado, la diferencia de rentabilidad entre el fondo de mejor y el de peor comportamiento en una selección de productos mixtos flexibles de una unidad bancaria española especializada en grandes clientes (lista extrapolable a varias entidades), ¡alcanza el 10%! ¿Es o no es importante elegir bien?

La gestión alternativa es otra cosa

Sucede que, con frecuencia, los fondos mixtos son confundidos con fondos de gestión alternativa, categoría ésta en la que existe una gran diversidad de estilos de inversión (market neutral, long/short, global macro, etc.) y que no debería mezclarse con la de los fondos mixtos, pues sus métodos de inversión y sentido de su presencia dentro de una cartera son muy diferentes.

Minimizar el riesgo en la elección

Para minimizar el riesgo de error en la elección de un buen fondo de inversión mixto flexible, les dejaré tres sencillas reglas:

  • Contar como mínimo con 3 ó 4 productos distintos de esta categoría en la cartera, con diferentes rangos de volatilidad histórica y universos de inversión también variados.
  • Que todos ellos cuenten con un favorable track record (trayectoria histórica) de al menos entre 3 a 5 años.
  • Que durante ese tiempo, sus gestores hayan respetado siempre los fundamentos establecidos ex ante para la cartera del fondo, especialmente en lo relativo al rango de volatilidad aceptado y a la incorporación a las tendencias favorables de las bolsas cuando éstas se producen.

Con todo ello, la probabilidad de lograr una cartera consistente de fondos de inversión mixtos flexibles se multiplica.

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