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El futuro del sector financiero: la perspectiva del analista
Perspectivas de mercado

El futuro del sector financiero: la perspectiva del analista

El aumento de la riqueza en las economías emergentes asiáticas, el crecimiento de los productos derivados y el incremento del volumen y el valor de los datos ofrecen un entorno atractivo para una amplia gama de compañías de servicios financieros.

29 JUL, 2021

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Por William Pang

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Por Andy Budden

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La disrupción digital y normativa ha perjudicado al sector de los servicios financieros, pero la innovación tecnológica ofrece oportunidades tanto a las nuevas compañías como a las ya consolidadas para sobrevivir y crecer. El aumento de la riqueza en las economías emergentes asiáticas, el crecimiento de los productos derivados y el incremento del volumen y el valor de los datos ofrecen un entorno atractivo para una amplia gama de compañías de servicios financieros, entre las que se incluyen las aseguradoras, las agencias de calificación y los operadores globales de mercados financieros. Estamos asistiendo a la apasionante aparición de las «Tecnofinanzas 2.0»: compañías que utilizan la tecnología para ofrecer productos y servicios que no existían, como los monederos electrónicos o el asesoramiento automatizado.

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¿Qué opináis sobre el sector de los servicios financieros en Asia?

William Pang: En términos generales, veo interesantes oportunidades de inversión a largo plazo en el sector financiero asiático. El nivel de ingresos es elevado, y crece cada vez más. Los países de Asia emergente están registrando un aumento de su clase media, y los de Asia desarrollada acumulan cada vez más riqueza. Todos ellos contribuyen a un aumento de la demanda de servicios y productos financieros. Sin embargo, los bancos han tenido cada vez más dificultades a la hora de generar altos rendimientos para sus accionistas. Una de las razones es la disrupción que han provocado las compañías de tecnología financiera o tecnofinanzas.

¿Dónde encontráis oportunidades atractivas?

Andy Budden: Tal y como ha señalado WIlliam, hay una combinación de tendencias disruptivas y de crecimiento a largo plazo que están teniendo un impacto en el sector. Más allá de los bancos, hay tres áreas en las que vemos ciertas compañías y dinámicas de mercado atractivas que están bien posicionadas para el entorno actual.

En los operadores de mercados financieros coinciden varias y poderosas tendencias a largo plazo. Entre ellas se incluyen el crecimiento de los mercados financieros chinos, de los productos derivados y, sobre todo, de los datos. Estas tendencias han favorecido que los operadores financieros hayan pasado de tener un marcado componente cíclico a convertirse en empresas de crecimiento más estable. De hecho, en un par de casos, podrían considerarse contracíclicos.

Un ejemplo de ello es London Stock Exchange Group. En las operaciones que realizan los mercados financieros, el criterio humano ha sido sustituido en parte por máquinas que se alimentan de datos del mercado. En enero de este año, London Stock Exchange Group completó la adquisición del proveedor de datos Refinitiv, que es el segundo proveedor después de Bloomberg en cobertura de datos de mercado. Se calcula que, tras la adquisición, la actividad del mercado representa solo una tercera parte de los ingresos de London Stock Exchange Group, mientras que los otros dos tercios proceden de los datos. Además, esta fuente de ingresos procedentes de los datos es creciente y recurrente, ya que los suscriptores han de pagar una cuota periódica para acceder a los datos. Sus flujos de caja son ahora más regulares y visibles, por lo que London Stock Exchange Group es ya un negocio mucho menos cíclico.

Otros ejemplos son Hong Kong Exchanges and Clearing, que se posiciona como la puerta de entrada entre los mercados financieros chinos y el resto del mundo, y CME Group, antes conocido como Chicago Mercantile Exchange, que se ve favorecido por el aumento de la demanda de derivados en todo el mundo.

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Las dos mayores agencias de calificación crediticia, S&P Global y Moody’s, cuentan con sólidos modelos de negocio y fuertes ventajas competitivas. Muchos de los bonos emitidos en la actualidad cuentan con dos calificaciones crediticias, que suelen ser las otorgadas por estas dos agencias. Con una cuota de mercado combinada de algo más del 80%, S&P Global y Moody’s tienen un duopolio efectivo en el mercado.

En la actualidad, no vemos tantas oportunidades en los seguros generales, de propiedad y accidentes. Históricamente, cuando ha resultado interesante invertir ha sido cuando el ratio combinado (primas sobre siniestros) se ha comprimido tanto que las aseguradoras se han visto obligadas a subir las primas. Pero no pensamos que eso esté ocurriendo ahora.

Preferimos las oportunidades que ofrecen las compañías de seguros de vida, que se benefician de una tendencia de crecimiento a largo plazo. En China, y en las economías asiáticas de más rápido crecimiento, vemos una población que es cada vez más rica y que desea comprar más productos financieros, lo que incluye a los seguros de vida y al ahorro. Varias multinacionales, como la compañía de Hong Kong AIA, cuentan con buenas redes de distribución en estas economías y han mostrado su capacidad para gestionar su perfil de responsabilidad.

William Pang: De hecho, AIA es un buen ejemplo de compañía que aplica la tecnología financiera de manera eficaz. Así es como yo me planteo la tecnología financiera: no se limita a pequeñas empresas de reciente creación, sino que se aplica a una amplia gama de compañías que utilizan la tecnología para ofrecer servicios financieros a sus clientes.

¿Qué tipos de compañías de tecnología financiera estamos comenzando a ver?

William Pang: Las compañías de tecnología financiera incluyen a empresas de nueva creación, pero también a compañías consolidadas que utilizan la tecnología de manera eficaz. También hay compañías externas al sector de los servicios financieros que están utilizando sus ecosistemas y tecnologías para acceder al sector, entre las que se encuentran compañías del estilo de Alibaba, Tencent, Amazon y Facebook.

Hasta hace muy poco, las compañías de tecnología financiera se han centrado fundamentalmente en la digitalización de los servicios y productos existentes. Los clientes comenzaron a hacer a través de internet lo que ya hacían fuera de la red, pero la propuesta de producto era básicamente la misma. Sin embargo, ahora estamos asistiendo al apasionante auge de las «Tecnofinanzas 2.0»: compañías que utilizan la tecnología para ofrecer productos que no existían. Entre los ejemplos se incluyen Alipay, de China, el mayor monedero electrónico del mundo; Afterpay, de Australia, líder mundial en servicios de «compre ahora y pague después»; y WealthNavi, de Japón, el primer servicio de asesoramiento automatizado del mundo que cotiza en los mercados. Además, muchas compañías de nueva creación están ya madurando y comienzan a cotizar en bolsa.

Estamos en un momento apasionante: estamos pasando de aplicar una cierta transformación digital a las compañías ya existentes a la aparición de compañías de servicios financieros realmente innovadoras.

La tecnología financiera parece estar dando sus primeros pasos en el segmento de los pagos. ¿Nos podéis hablar sobre el crecimiento en este sector y contarnos qué factores lo impulsan?

William Pang: Existen dos poderosas tendencias en el segmento de los pagos en Asia. La primera se refiere a la transición hacia los pagos alternativos al efectivo. La gente utiliza cada vez más las tarjetas o los monederos electrónicos. Sin embargo, el valor de las transacciones que no se realizan en efectivo varía enormemente en función del país. Así, es muy elevado en China, pero muy bajo en Japón. Por eso aún existe una gran oportunidad de crecimiento a largo plazo.

La segunda tendencia es el crecimiento del comercio electrónico. Por definición, las personas que compran por internet no utilizan dinero en efectivo. El mercado potencial para las compañías de pagos ha crecido de forma considerable en los últimos diez años, y el coronavirus no ha hecho sino acelerar dicho crecimiento.

Andy Budden: Desde una perspectiva global en lo que respecta al segmento de los pagos, MasterCard y Visa han conseguido posicionarse casi como la «red ferroviaria» de la infraestructura de pagos. También vemos oportunidades en las entidades adquirentes, compañías que se sitúan entre el comercio y la red de pagos. Varias de ellas se han diversificado con éxito en los servicios digitales, como la compañía estadounidense Global Payments o la brasileña PagSeguro, con un nicho especial para microcomercios.

Por otro lado, Paypal destaca como compañía innovadora en los mercados desarrollados, y tiene previstos numerosos mecanismos de pago para los próximos años. Sin embargo, las mayores innovaciones en los servicios de pago las encontramos en Asia. Las tasas de adopción de la tecnología financiera se encuentran entre las más altas del mundo y las compañías trabajan en servicios y productos realmente innovadores.

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¿Están entendiendo bien la tecnología financiera las instituciones financieras tradicionales?

William Pang: En mi opinión, a muchas de las compañías ya consolidadas les seguirá yendo bien si consiguen avanzar en el terreno tecnológico. Un ejemplo de ello es China Merchants Bank, que reinvierte el 4% de sus ingresos en tecnología. El DBS Bank de Singapur entiende cuáles son los puntos fuertes y débiles de las compañías de tecnofinanzas y está intentando mitigar la disrupción que causan.

Andy Budden: Vemos una tendencia similar en los mercados desarrollados. En general, la inversión en tecnología de muchos de los bancos de mercados desarrollados ha sido lenta. Sin embargo, algunos de ellos han acelerado dicha inversión en los últimos años, y están comenzando a notarlo en sus resultados. Pensemos, por ejemplo, en Bank of America: el año pasado, la entidad realizó el 49% de sus ventas al consumidor a través de canales digitales, registrando así un incremento anual del 33%.

¿Cómo influyen los factores ESG en vuestras tesis de inversión en el sector financiero?

William Pang: Los factores ESG están integrados en nuestro proceso de análisis fundamental. Siempre han constituido una cuestión muy importante para nuestro equipo de análisis, y ahora también contamos con marcos sectoriales en materia de cuestiones ESG, que nos ayudan a evaluar aquellas que son más relevantes para una compañía que opera en un sector concreto.

Por ejemplo, en Asia, la inclusión financiera es de gran importancia: en muchos países asiáticos, una gran parte de la población no tiene acceso a los servicios bancarios. Tanto los operadores tradicionales como las nuevas empresas de tecnología financiera pueden desempeñar un papel importante en la incorporación de una gran parte de la población al sistema financiero formal.

Andy Budden: El ejemplo que ha dado WIlliam sobre la inclusión financiera pone de manifiesto el motivo por el que hemos desarrollado marcos sectoriales. Los inversores deben analizar las cuestiones ESG que resultan relevantes para el sector en el que invierten: lo que es importante para el sector financiero no tiene por qué serlo para el sector biotecnológico o el de los suministros públicos. A lo largo del año pasado, nuestros analistas acometieron el enorme proyecto de diseñar más de 30 marcos sectoriales en materia de cuestiones ESG, entre los que incluyeron uno para el sector de servicios financieros, que cubre el espectro de factores ESG. Estos marcos nos ofrecen la disciplina que nos permite codificar las cuestiones ESG en nuestro proceso de toma de decisiones de inversión.

Analizamos nuestras carteras en busca de excepciones en materia de ESG, pero pensamos que una de nuestras herramientas más poderosas es el diálogo activo.

En Capital Group, pensamos que la oportunidad que nos ofrecen las más de 20.000 reuniones que celebramos cada año con las empresas es enormemente valiosa. Estas reuniones nos permiten explicar a los equipos directivos que las cuestiones ESG son importantes para nosotros y para nuestros clientes, y también decirles lo que queremos que hagan en relación con cuestiones concretas. Pensamos que el diálogo activo es una herramienta mucho más poderosa que la exclusión.

¿Qué influencia tienen las criptodivisas en los servicios financieros?

William Pang: Como analista financiero, es imposible pasar por alto la aparición de las criptodivisas. Los medios de comunicación se centran en las criptodivisas como un activo, prestando especial atención al precio del bitcoin. Sin embargo, como inversor en el sector de servicios financieros, a mí me interesan más las implicaciones que trae consigo la tecnología.

Por ejemplo, las finanzas descentralizadas tienen el potencial de desestabilizar el sistema financiero centralizado. En la actualidad, si queremos enviarle dinero a alguien, tenemos que hacerlo a través de un banco que liquide y autorice la transacción. Sin embargo, en un sistema descentralizado, los individuos y las empresas pueden realizar transacciones entre sí, que serán verificadas por la tecnología blockchain. A largo plazo, todo ello supone un riesgo para las grandes instituciones financieras que actualmente actúan como intermediarios.

Andy Budden: En los últimos cinco años o así, hemos visto un rápido crecimiento de los monederos electrónicos y los pagos digitales. El COVID-19 ha acelerado esta reconfiguración del sistema financiero, hasta el punto de que el siguiente paso podría ser la conversión total de las monedas físicas a las digitales, mantenidas en cuentas en el banco central. Unas 50 autoridades monetarias de todo el mundo están estudiando detenidamente las divisas digitales6. Aproximadamente la mitad de ellas, entre las que se incluye la de Singapur, han puesto en marcha ciertos ensayos en este sentido.

Es comprensible el atractivo de estas divisas para algunos gobiernos. Las divisas digitales pueden acelerar la inclusión financiera, y podrían facilitar la recaudación de impuestos y la política monetaria. Sin embargo, los bancos comerciales podrían verse afectados por la migración de los depósitos a los bancos centrales. ¿Y por qué no habría de producirse dicha migración, si los bancos centrales presentan un riesgo cero de impago? Ello debilitaría la capacidad de los bancos comerciales para conceder préstamos.

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