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El futuro de las SICAVs en España
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El futuro de las SICAVs en España

En este artículo, Luis García Langa, asesor de Sidiclear SICAV, y Carles Figueras García, CIO en Alkimia Capital, nos cuentan su experiencia y perspectivas en torno a este debate que se ha generado en la industria.
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15 JUN, 2021

Por Ana Andrés

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En este momento, la sociedad de inversión de capital variable, conocida popularmente como SICAV por sus siglas, es uno de los formatos de inversión, sin lugar a dudas, más polémicos y abierto a debate dentro del sector. Según la CNMV, no son pocas las que cada mes se ven obligadas a cerrar por diferentes motivos. Pero, ¿cuál es el futuro de las SICAVs en España?

En este artículo, Luis García Langa, asesor de Sidiclear SICAV, y Carles Figueras García, CIO en Alkimia Capital, nos cuentan su experiencia y perspectivas en torno a este debate que se ha generado en la industria.

SICAVs

Carles Figueras García, CIO Alkimia Capital.

Marzo de 2016. Pocos días después de dejar mi posición en la gestora de un banco andorrano, me propongo a diseñar un plan de negocio. Quiero lanzar la estrategia de renta variable que he usado a nivel personal y profesional los años previos. Asalta la duda: ¿debería lanzar un fondo o mejor una SICAV?

Después de analizar distintas posibilidades y proveedores me quedé con tres alternativas: una SICAV luxemburguesa o similar (Irlanda), un fondo español o una SICAV española. Cada estructura tenía sus ventajas e inconvenientes, pero para los que arrancamos con un proyecto modesto casi no había alternativa: la SICAV española era en mi caso la única válida.

El proyecto arrancaba con 3 millones de euros en activos, una cantidad claramente insuficiente para un fondo en Luxemburgo, donde los costes son prohibitivos. El domicilio estaría en España.

Después estaba el tema clave del acceso. ¿Me iban a poder comprar los inversores? Definir bien el mercado objetivo es importante y en mi caso tenía claro que mis clientes potenciales estaban en España y Andorra. Una SICAV tenía y tiene una gran ventaja: normalmente cotiza en bolsa, concretamente en BME Growth (exMAB). Comprar un fondo español desde fuera era difícil. Sólo quedaba la SICAV española.

El ruido político ya existía entonces, pero arranqué con la esperanza de que ese riesgo no se materializara. El tiempo fue inclinando la balanza en contra de la SICAV, incluso para aquellos que la queríamos usar como verdadero vehículo de inversión colectiva. La SICAV era un vehículo muy interesante para los proyectos independientes y modestos, algo que podía favorecer la competencia y la aparición de talento, pero estar alineado políticamente con el otro uso (“instrumento de los ricos”) ha terminado por pasar factura.

Luis García Langa, asesor de Sidiclear SICAV

Lo primero que quiero decir sobre las SICAVs es que es un instrumento muy óptimo para la inversión, no solo de grandes patrimonios sino también de pequeños.

Puede que haya gente que piense que lo digo porque yo asesoro y presido una, pero que contesten a una pregunta: ¿qué tipo de inversión permite a los pequeños inversores replicar lo que hacen los grandes? Sí, puede ser cierto que los grandes patrimonios, hasta ahora tienen una relativa ventaja fiscal: si no disponían de los beneficios de su operativa en acciones o en renta fija (en fondos esta ventaja la tiene todo el mundo) no tributaba, bueno, lo hacían por un asumible 1%.

Para empezar, yo me hago una reflexión, ¿qué hay de malo? Se trata de reinvertir beneficios del ahorro. En mi humilde punto de vista, todo el mundo lo debería poder hacer. Estamos en un momento que si no se premia fiscalmente el ahorro y la inversión privada estamos muertos a largo plazo con un sistema público de pensiones insostenible, en parte, por la fiscalidad del trabajo.

Pero es más, todo el mundo lo puede hacer si invierte en SICAVs o fondos de inversión. En serio, no entiendo que hay de malo.

Pero pasemos página, los políticos , por cuestiones electoralistas se las quieren cargar. Afortunadamente, empiezan con las que no son Instituciones de Inversión Colectiva reales, sino que son familiares. Ya he dicho al principio que son buenas también para el pequeño inversor y en este caso ya sí soy objetivo: nuestra SICAV es realmente abierta y no es familiar por lo tanto no hay problema en este sentido.

Su forma de luchar contra este tipo de SICAVs es exigir que tengan 100 accionistas de más de 2.500 euros, con lo que limita mucho que la banca privada coloque “mariachis”. Este tipo de SICAVs tienen varias opciones: (i) seguir, pagando el 25% de Impuesto de Sociedades más el tipo del ahorro de cada inversor cuando rescate (una doble imposición como una catedral), (ii) fusionarse con otro vehículo luchando porque no haya impacto fiscal (se tiene que justificar por motivos no fiscales) o (iii) liquidarla y acogerse a un periodo transitorio por el cual los inversores pueden traspasar sus títulos a una IIC (fondo o SICAV) con ISIN español manteniendo el diferimiento de impuestos.

No creo que muchos utilicen la primera opción ya que nadie va querer pagar el doble de lo que le toca, las que puedan se fusionarán con fondos probablemente de Luxemburgo (pueden justificar dicha fusión por temas comerciales según he hablado con expertos) y otros lo liquidarán y se beneficiarán del periodo transitorio.

La conclusión es que se va a reducir mucho el número de SICAVs, con lo que es malo para la industria bursátil española (menos cotizadas en BME con el negocio que ello conlleva), malo para los pequeños inversores (pierden vehículos de calidad), malo para Hacienda (seguirán sin recaudar, perderán el 1% que hasta ahora recaudaban y notarán la falta de negocio bursátil) y neutro para grandes fortunas porque hay herramientas para seguir difiriendo impuestos de forma justa y legal.

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