Aunque la directiva MiFID II sigue sin transponerse a nuestro ordenamiento jurídico, hay ya algunos aspectos relevantes que tienen que tener en cuenta las EAFIs y todas las entidades que presten asesoramiento financiero.
Transparencia
Hay que profundizar en la transparencia en en costes y gastos. Aunque las EAFIs la llevan en su ADN, las obligaciones de transparencia aumentan, teniendo que cuantificar el coste que implica el asesoramiento y los gastos de los productos recomendados, tanto ex ante como ex post. Es decir, el cliente tiene que saber en el momento de la recomendación de inversión una estimación de cuanto le va a costar y, posteriormente, cuanto le ha costado, tanto el servicio de asesoramiento como los productos que ha contratado y los costes que puedan llevar aparejados. Asimismo, el cliente deberá estar informado de los incentivos que perciba la entidad por la contratación de dichos productos
Esta tarea se complica cuando un cliente tiene su cartera en varias entidades, ya que puede haber diferentes costes y retrocesiones por entidad. O cuando el cliente es potencial, es decir, aún no tiene su cartera en ninguna entidad determinada ¿qué costes hay que comunicar entonces? Lo más lógico es una estimación de gastos, ya que es difícil cuantificarlo al céntimo en este caso.
Clases limpias de fondos
También tendremos que hacer un esfuerzo en profundizar en la selección de fondos.
Con la creación de nuevas clases de acciones aumentan las dificultades de clasificación. Ahora hay clases limpias, clases sin retrocesión, clases de banca privada, clases institucionales, clases retail…además de las clases en diversas divisas o con distribución.
Por las conversaciones que hemos tenido con diferentes entidades y plataformas, no está claro a qué clientes de las eafis se a permitir el acceso a unas clases u otras. En definitiva, se complica enormemente el producto a recomendar.
Otra cuestión adicional es la comisión de custodia que aplicarán las entidades a los clientes que accedan a clases limpias, ¿Hay que tenerla en cuenta a la hora de recomendar la clase más barata a la que pueda acceder el cliente?
Tecnología
Tener unos buenos sistemas es muy importante, vital, diría yo. Sin una buena tecnología es imposible realizar todas estas tareas con un mínimo de eficacia. Las entidades que no la tengan no podrán hacer bien su trabajo.
Si ya era mucha la carga de trabajos administrativos antes de la entrada en vigor de MiFID II, ahora lo es más, con la cantidad de información que hay que suministrar antes y después del asesoramiento, así como los registros obligatorios de contratos, recomendaciones, perfiles, actas, y control de riesgos que hay que realizar.
Compliance
El cumplimiento normativo es importante, fundamental, el hecho de ser entidades reguladas y supervisadas, hace que tengamos que ser impecables en este aspecto.
Para hacerlo bien no es recomendable ser autodidacta, la externalización de la función de cumplimiento normativo es una opción que hay que tener en cuenta, ya que es imposible hacerlo bien, salvo que la EAFI sea lo suficientemente grande como pare tener un departamento jurídico interno.
Es imposible estar al día de la cantidad de normas que se generan.
En definitiva, debemos prepararnos para lo que llega. No me gustaría que mis observaciones parezcan negativas, si no todo lo contrario, estamos ante un reto, difícil, pero no imposible. Creo que las EAFis, como entidades especializadas en asesoramiento que somos, estamos más cerca del cumplimento de estos requisitos que otras entidades generalistas que hacen de todo.
Creo que es una buena oportunidad para demostrar que lo podemos hacer mejor, ya que hemos nacido con ese objetivo y llevamos en nuestro ADN muchos de los aspectos que he comentado.