Behavioral finance (traducido habitualmente al castellano como “Finanzas del comportamiento” o “Finanzas conductuales”, aunque quizás “Psicología de los inversores” o “Psicología del comportamiento financiero” podrían recoger mejor el sentido de la expresión) es una corriente relativamente nueva dentro de la economía financiera que estudia cómo afecta la psicología a la toma de decisiones financieras.
¿Por qué es importante el Behavioral Finance?
Los individuos actúan en los mercados de forma irracional, y el behavioral finance trata de entender esta irracionalidad, y ser capaces de parametrizar este comportamiento.
Al igual que los mercados no son eficientes (aunque ciertamente, los mercados financieros son altamente eficientes en comparación con otros), los individuos que participan en los mismos tampoco lo son. No siempre se dispone de toda la información necesaria para tomar la mejor decisión y no siempre se toma la decisión óptima, si no que el inversor busca sentirse bien.
Al tratarse de este sentimiento el que influye en buena parte de las decisiones, podemos encontrar en el mercado, algunos patrones de comportamiento.
Ya lo vivimos en 2018
En el mes de febrero de 2018, regresaba la volatilidad a los mercados, que experimentaban una corrección tras meses de crecimiento ininterrumpido. Las tecnológicas acompañaban al mercado en este tropiezo, sin embargo, el escándalo de Facebook, afectó gravemente al sector. En ese momento, las noticias de “presión” hacia estas compañías, Trump atacando a golpe de tweet a Amazon y las dudas sobre la continuidad del ciclo, hacían que las empresas del sector, que no tienen nada que ver con Facebook, ni con Amazon, viesen como se su cotización experimentaba el mismo tropiezo que el resto.
Sin embargo, en menos de un mes, por ejemplo Netflix presentó resultados y volvió a dar un salto, recuperando toda su caída y tomando la senda del crecimiento. Actualmente Apple, también tras presentar resultados ha batido el récord de capitalización en EEUU.
Cotizaciones Apple – Netflix
Fuente: Investing
Se pueden ver en el gráfico los movimientos en los momentos citados. Estos fueron movimientos irracionales motivados por la situación del sector, es decir, analíticamente estas compañías en ningún momento presentaron debilidad, pero socialmente existía un presión sobre estos valores tecnológicos.
En esos momentos, aquellos que fuesen capaces de mantener el pulso y «cargar el carro» en vez de sumarse a la colectividad vendedora, a día de hoy habrán obtenido rendimientos más que interesantes.
Con el COVID-19, el miedo vuelve a los inversores
Actualmente, el COVID-19 se ha adueñado del protagonismo en los mercados. Y es que ante el nuevo brote de coronavirus, la consiguiente desaceleración económica y la violenta reacción del mercado, mucha gente vuelve a tener miedo de invertir. De hecho, la última vez que se sintió tanto miedo fue durante la Gran Recesión.
En conclusión
Los individuos son seres emocionales y disponen de una racionalidad limitada. No siempre se dispone de toda la información o en ocasiones, no se dispone de capacidad o formación para analizarla. Además el tiempo es limitado, por lo que muchas veces se toman decisiones sin tener en cuenta todos los factores de influencia y los datos disponibles.
Estos factores implican poner en duda las teorías económicas tradicionales, donde se realizan suposiciones de eficiencia perfecta de los mercados, conocimiento y capacidad plena de los individuos que intervienen y la suposición de que éstos siempre tomarán la decisión óptima económicamente hablando.
Como ya hemos visto en el ejemplo, esto no es así, y el mercado nos lo demuestra día a día. Las decisiones no se basan en valoraciones precisas de las compañías, influyen gran cantidad de factores sociales que van variando en el tiempo. También es de vital importancia, conocer aquello que está de moda en cada momento, por ejemplo actualmente la inflación y la curva de tipos están a la orden del día. Se tratan de indicadores que, a día de hoy, están de moda y no siempre ha sido así, cada momento del ciclo tiene los suyos.
Si somos capaces de entender las motivaciones de los participantes en el mercado para tomar una u otra decisión, seremos capaces de posicionarnos adecuadamente frente a los eventos que se vayan sucediendo.