Gracias a la inteligencia artificial (IA) las farmacéuticas lograron secuenciar rápidamente el genoma del virus de la COVID-19, aislar la proteína S (spike) que utiliza el virus para propagarse y crear vacunas altamente eficaces en un tiempo récord. Asimismo, la inteligencia artificial ha ayudado a las empresas a prestar servicio a los clientes de manera digital, gestionar las redes logísticas y ayudar a las personas a trabajar y aprender de forma remota, permitiendo así que la economía siguiera funcionando a pesar de los problemas. 2020 ha sido un año en el que la IA ha demostrado su importancia para el progreso humano.
De cara al futuro cercano, la IA ocupará un lugar más preponderante en nuestras vidas al resolver problemas importantes y aportar mayor comodidad, productividad y seguridad. Estamos aún en una fase incipiente. La inteligencia artificial está en pleno desarrollo y su despliegue a todo tipo de negocios, sectores y actividades apenas comienza. Las compañías que sean capaces de aprovechar este potencial podrán no sólo crecer, sino que pueden convertirse en los líderes de su sector, llegando a generar un efecto disruptor sobre industrias enteras, algo de lo que a largo plazo se beneficiarán sus accionistas. La clave está en ser selectivos y en saber identificar a tiempo a los ganadores en un entorno cambiante y dinámico.
2021: año del ying y el yang de la inteligencia artificial
Desde siempre, los avances en IA han sido recibidos con gran inquietud entre la población. Sin embargo, el mundo puede decidir si esta tecnología se utilizará para hacer el bien o si, por el contrario, terminará teniendo efectos nocivos por un uso negligente. En última instancia, creemos que tanto los rápidos avances como el creciente discurso público sobre la IA ayudarán a que 2021 sea un año en el que la tecnología se utilice cada vez más para hacer el bien. Como inversores, nos centramos en identificar empresas que potencien la inteligencia artificial para generar resultados que beneficien a todas sus partes interesadas. Creemos que las profundas transformaciones que trae consigo la IA pueden crear oportunidades que supongan enormes beneficios para el bien común, a la vez que generan un valor sustancial para los accionistas.
Si bien creemos que nuestra gestión del riesgo y los ajustes activos de la cartera nos permitieron ofrecer un mejor rendimiento en 2020, seguimos creyendo que el principal impulso del rendimiento proviene de nuestro proceso de selección de valores centrado en la innovación en IA. Varias de nuestras posiciones clave se encontraban en las áreas que experimentaban rápidos cambios en el comportamiento del consumidor y en las de la transformación digital corporativa. Algunas de estas áreas incluyen nuestras inversiones en ciberseguridad, software de infraestructuras y comunicaciones, tecnología financiera y proveedores de nuevos modelos de compras y entretenimiento para el consumidor.
El hilo conductor de estas compañías es el uso de la inteligencia artificial para implementar y diferenciar sus soluciones en relación con sus sustitutos analógicos u offline, que han tenido problemas cuando las economías se vieron obligadas a digitalizarse por y durante la pandemia. Creemos que el mundo está experimentando uno de los mayores ciclos en innovación que hemos visto y que está impulsando el cambio en todas las industrias.
Una de las características del fondo Allianz Global Artificial Intelligence es que es más que un fondo tecnológico. Podemos invertir en cualquier sector y, dentro de la cartera, se incluyen tres tipos de compañías: las que suministran la infraestructura necesaria para el despliegue de la inteligencia artificial (como, por ejemplo, los fabricantes de semiconductores), las que desarrollan aplicaciones tecnológicas y las que se benefician de la inteligencia artificial, sin importar en qué sector estén. Es este último grupo el que más ha ido creciendo y el que tiene más posibilidades de ampliarse en el futuro.
Vemos que más empresas comienzan a recurrir a la inteligencia artificial para impulsar la innovación. Muchas de las posiciones de nuestra cartera en los sectores de la automoción, el consumo, la atención sanitaria y las finanzas empiezan a ver los primeros beneficios de la IA, ya que les permite lanzar productos y servicios únicos que les proporcionan ventaja competitiva. Esperamos que más sectores implanten proyectos de IA en un número mayor de operaciones para acelerar su transformación digital. Creemos que las empresas seguirán adoptando tecnologías de IA, como el reconocimiento facial para la identificación y la detección del fraude, los vehículos autónomos y los robots para el transporte y la logística, la automatización robótica de procesos (RPA) y los trabajadores digitales virtuales para automatizar tareas de oficina rutinarias, mantenimiento predictivo facilitado por la internet de las cosas para minimizar los costes de mantenimiento y el tiempo de inactividad de los equipos, y realidad aumentada y virtual (AR/VR) para crear experiencias y entretenimiento más interesantes.