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Inversión de impacto: ahora más que nunca
Inversión ESG

Inversión de impacto: ahora más que nunca

Marta González Labián: “Tanto desde el punto de vista de la necesidad como de la oportunidad, el momento de la inversión de impacto es ahora”
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14 JUL, 2021

Por Ana Andrés

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Dentro del amplio abanico de la Inversión Socialmente Responsable, podríamos decir que la inversión de impacto va un paso más allá. Y es que esta tipología no se centra únicamente en obtener rendimientos positivos en las carteras sino también en generar beneficios cuantificables en nuestro medio social y ambiental.

Para conocer un poco mejor por qué deberíamos apostar por esta tendencia que pretende cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, hemos hablado con Marta González Labián, Especialista en Inversión de Impacto, Ignacio Perea Fernández-Pacheco, Director de Inversiones de Vall Banc, Pablo Alonso Aja, Presidente de Eurocapital Wealth Management EAF y Ana Guzmán Quintana, CIO y directora de inversión de impacto en Portocolom AV.

Inversión de impacto
Marta Impacto

Desde el pasado 2020, parece que Sostenibilidad e Impacto son palabras en boca de todos. Es importante dado que hemos llevado al planeta y a la sociedad a un punto en el que resulta necesario que cada uno de nosotros hagamos consciencia sobre la sostenibilidad de nuestro modo de vida y el impacto de nuestras acciones, ya sea como consumidores, inversores o en cualquier faceta.

Si bien, en el terreno de las finanzas es pertinente velar por la integridad de dichos términos pues no todo son Finanzas Sostenibles y mucho menos Inversiones de Impacto, aunque últimamente pudiera parecerlo. SFDR, el Reglamento de divulgación de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, ha venido para poner orden en la clasificación de los productos financieros respecto a sus características sostenibles mientras que parece que ha quedado incómodo o inadecuado para integrar los productos de Impacto tradicional.

Por este motivo, uno de los fines que persigue Spainnab, Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto, es precisamente velar por esa integridad de la Inversión de Impacto. Conforme a sus premisas, conviene recordar que para hablar de Inversión de Impacto deben concurrir las siguientes características:

Como consecuencia de estas características, no todas las clases de activos resultan igualmente aptas para llevar a cabo este tipo de inversiones. Así, en los activos no cotizados, al existir un control más directo, resulta posible la trazabilidad del uso de los recursos para el propósito pretendido y facilita la medición del impacto generado. Es por esta razón que, tradicionalmente, las inversiones de impacto se realizan a través de Venture Capital, Private Equity o deuda privada. Si bien, existen algunas opciones dentro de mercados cotizados que están tomando fuerza y permiten escalar este tipo de inversiones. 

En España, nos encontramos en una fase inicial pero en rápido crecimiento. Desde Sapinnab, gracias a un estudio realizado por Esade, cifran toda la oferta de capital de Impacto nacional en 2.378 millones y en concreto para los fondos de Impacto en 536 millones. Algunos ejemplos destacados en nuestro país son los fondos de Creas o el Fondo Bolsa Social y, especialmente, los de Gawa Capital y Global Social Impact de Open Value Foundation, pues ambos permiten conseguir un mayor impacto con el mismo capital al realizar gran parte de sus inversiones en países en desarrollo de la mano de socios en terreno de reconocida trayectoria. 

¿Es conveniente hablar de Inversión de Impacto en un momento como la crisis por el Covid-19?

Tal vez algunos se pregunten por la conveniencia de hablar de la Inversión de Impacto en un momento como la crisis generada por el Covid-19. Mi respuesta sería que, precisamente, una emergencia como la pandemia nos ha hecho ser conscientes de que los problemas del mundo son globales; nos hace a todos vulnerables y esto genera empatía. Más aún, esta pandemia mundial hace más vulnerables a los que ya lo eran y, también, pone en evidencia muchas de las carencias de nuestro sistema, lo que incrementa la urgencia por la inversión de impacto. Por todo esto, tanto desde el punto de vista de la necesidad como de la oportunidad, el momento de la Inversión de Impacto es Ahora*. 

*Como muestra de esto, la comunidad de emprendedores de impacto en España ha llevado a cabo múltiples iniciativas empresariales para abordar las nuevas necesidades surgidas a raíz de la emergencia sanitaria, poniendo en valor la capacidad de innovación y la agilidad para ser parte de la solución al problema.


Ignacio Perea Fernández-Pacheco, Director de Inversiones de Vall Banc

En Vall Banc pensamos que se puede invertir transformando y, por eso, con la colaboración de Microwd, fintech especializada en microfinanzas, hemos realizado nuestra primera incursión en la inversión de impacto con el lanzamiento de Vall Banc Fons Women Mircrofinance FI.

Este fondo está pensado para resolver la exclusión financiera de mujeres emprendedoras en países en vías de desarrollo. Otorgará financiación, en base a un algoritmo desarrollado por Microwd, que permite detectar a mujeres motores de la sociedad y de la economía local. Este proceso es complementado con el trabajo que se realiza sobre el terreno.

Estimamos que cada crédito que se concede genera, aproximadamente, 2,5 puestos de trabajo e impacta en que las mujeres que lo reciben, invierten en la educación de sus hijos en un 93% de los casos y mejoran la vivienda familiar en un 91%. 

Prevemos otorgar 15.000 créditos que contribuirán a la generación de cerca de 40.000 empleos en América Latina y aspiramos a generar una rentabilidad para nuestros clientes de entre un 6% y un 6,5%”.

Este fondo cumple con 8 de los 17 ODS -objetivos de desarrollo sostenible de la ONU- actuando fundamentalmente en 6 países de Latinoamérica: México, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Uruguay.

Pablo Alonso Aja, Presidente de Eurocapital Wealth Management EAF

En los últimos meses se ha detectado un creciente interés por parte de clientes de banca privada en incorporar a sus portfolios fondos que , a través de sus inversiones, puedan generar un impacto social o medioambiental sin renunciar a una rentabilidad de mercado.

La mayoría de las grandes gestoras de fondos están lanzando productos de inversión enfocados en inversiones que impacto que abarcan todo tipo de activos, desde la renta fija a la renta variable, en mercados cotizados, o fondos de capital riesgo. Esto le permite al inversor construir una cartera que esté alineada con los valores y temáticas en los que desea incidir.

El gran reto para la industria es como poder medir y reportar el impacto que generan estas inversiones y estamos observando que los parámetros más utilizados para reportar el impacto son la incidencia que tiene cada fondo en alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas.

En 2015, con motivo de la Asamblea General de la ONU, se definieron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como medio para alcanzar un futuro más sostenible en 2030. Estos objetivos nos permiten establecer unas metas tangibles con las que guiar y comunicar el impacto propuesto por cada fondo. Los ODS tratan temas tan importantes como la pobreza, la desigualdad de género o el cambio climático, objetivos con una clara finalidad de mejorar el planeta y que son atractivos para los inversores. 

Otra iniciativa reciente, que ayudará a aportar más claridad a los inversores a la hora de elegir sus inversiones de impacto, es la implementación del Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) elaborado por la Unión Europea que esta sirviendo como referencia para poder catalogar estas inversiones y definir los objetivos. El Reglamento, que entró en vigor el 10 de marzo de 2021, exige a todas las gestoras de activos que categoricen sus vehículos de inversión según su nivel de sostenibilidad. Actualmente hay tres clasificaciones que, ordenadas de menos a más sostenibles, son:

Desde la aparición de los ODS,  son varias las entidades que han divulgado guías de implementación y comunicación de los beneficios de las inversiones de impacto. Iniciativas como el GIIN (Global Impact Investing Network), creada para consensuar y desarrollar un sistema de medidas, gestión y optimización del impacto que sean globalmente aceptadas por inversores.

En España, merece una mención especial la actividad de Spain NAB, representantes del Global Steering Group for impact investment (GSG). El GSG es el referente mundial en la promoción y desarrollo de las inversiones de impacto.

SpainNAB es la evolución de la Asociación Foro Impacto promovida en 2018 por tres organizaciones, Open Value, UnLimted y Eurocapital Wealth Management EAF, que tenían la convicción de que la promoción de inversiones de impacto entre los inversores ayudaría a mejorar nuestra sociedad. Durante más de un año Foro Impacto involucró a 70 organizaciones para reflexionar y avanzar en oportunidades, retos y soluciones en la inversión de impacto en España, publicándose un informe que definió cinco líneas de trabajo a promover:

La misión de Eurocapital Wealth Management EAF es ayudar a nuestros clientes a alinear sus inversiones con los valores que pretenda proteger y fomentar cada familia o institución. Nos enorgullece poder colaborar con los diversos actores del ecosistema de impacto y poder conseguir una sociedad más justa y un planeta más sostenible.

Ana Guzmán Quintana, CIO y directora de inversión de impacto en Portocolom AV

Los cambios siempre han existido, la diferencia con la época actual es que nunca habían sido tan rápidos, escalables y con tanta capacidad de disrupción. Y la industria de gestión de activos no es ajena a esta velocidad en los cambios. 

Hace poco más de dos años, en estas mismas páginas, explicábamos las diferencias entre los distintos tipos de inversión sostenible destacando la inversión con impacto como aquella más novedosa y con una mayor capacidad transformadora en la sociedad para dar respuesta a problemas sociales o medioambientales. En ese momento, según la Global Impact Investing Network (GIIN) había invertidos en este tipo de inversiones unos 228 mil millones de USD a nivel global, de los cuales, tan sólo unos 90 millones correspondían a nuestro país. En 2020 esta cifra se elevaba a unos 715 mil millones de USD a nivel mundial y 360 millones en España, según datos de Spain NAB (Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto). 

Durante este periodo hemos pasado de cuestionarnos si la sostenibilidad era una moda, a ver su consolidación acentuada por la crisis sanitaria. De apenas escuchar el término inversión de impacto a una sobreutilización de este con el consiguiente riesgo de desvirtuarse.  De cuestionar la escalabilidad y la viabilidad de cubrir el déficit estimado de 2,5 trillones anuales de USD para cumplir con la Agenda 2030 a volúmenes récord en inversión de impacto. De no tener una definición universal para los conceptos relacionados con sostenibilidad, a una batería de iniciativas legislativas entre las que se encuentra una taxonomía definida para determinar, bajo criterios científicos, qué se consideran actividades económicas sostenibles. De una orientación a la maximización de capital para el accionista a la búsqueda de beneficios para todos los grupos de interés de las empresas con distintos grupos de fuerza ejerciendo sus derechos de voto en las Juntas Generales de Accionistas.

La industria además evoluciona y vemos operaciones corporativas de integración o adquisición de gestoras especializadas, proveedores de datos e incluso de iniciativas de estandarización de reporte. De la inversión prácticamente en exclusiva en compañías no cotizadas vía capital o deuda, a ver cómo el porcentaje de inversión en activos líquidos no hace más que aumentar y ya representa aproximadamente un 34% de la inversión de impacto.

Y no nos olvidemos de las iniciativas relacionadas con el compromiso de ser netos en carbono en 2050: desde la creación en diciembre de 2020 de la Net Zero Asset Managers Initiative, iniciativa que busca la alineación de las principales gestoras de activos con el Acuerdo de París, 128 grupos con un volumen de activos bajo gestión de 128 mil millones de USD se han adherido a este compromiso, haciendo que sea complicado entender cómo van a cumplirlo si la capitalización de las empresas que han manifestado un compromiso con la reducción de emisiones es menor de ese volumen gestionado por las gestoras adheridas. 

Un mercado financiero maduro se caracteriza por su amplitud, profundidad, libertad regulatoria, flexibilidad para dar respuesta a las condiciones cambiantes y transparencia para los actores de este. Los movimientos vividos en estos últimos años en la inversión con impacto son claros signos de un mercado que va camino de madurar, pero hemos de estar atentos a que la rapidez del cambio que estamos viviendo no genere una ola a la que las empresas no sean capaces de subirse por la velocidad de cambio que se les está exigiendo. Todo aquello a lo que se trata de dar respuesta antes de tiempo suele traer consecuencias no deseadas. No tengamos prisa y sepamos encontrar el equilibrio entre ejercer presión como motor de cambio en las empresas, dando margen para que puedan adaptarse a este nuevo paradigma y que la ola no deje fuera de manera injusta a unos, y arrastre a otros contra las rocas. 

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