27 MAY, 2020
Por Leticia Rial de RankiaPro
Os presentamos a Luis Martín, Head of Sales de BMO Global Asset Management (EMEA). Se incorporó a BMO en septiembre de 2015, momento en el que la gestora canadiense aterrizaba en el mercado español. Hasta entonces era el responsable comercial de BlackRock para Iberia. Luis Martín también ha trabajado en otras grandes gestoras internacionales como JP Morgan AM y AllianceBernstein.
A mí siempre me han gustado las ciencias y mi intención era estudiar alguna ingeniería, especialmente las que no pedían 8,5 de media. Mi padre es ingeniero industrial pero nunca ejerció como tal. Un día clave en mi vida me cogió de los hombros y me dijo que tenía que hacer una carrera corta y práctica para ponerme a trabajar cuanto antes y que lo ideal es que me dedicara al sector financiero, que es lo que acabé haciendo. Sabio consejo porque no me arrepiento nada de haber estudiado empresariales y dedicarme a la venta institucional de fondos de inversión.
Soy un gran aficionado a los deportes de raqueta. Estuve una larga temporada jugando al pádel. Empecé a jugar con raquetas de madera, aquellas maravillosas Marcfraft Sorba Plus en pistas de tennisquick que te afeitaban la piel al más mínimo contacto con el suelo. Hace diez años me pasé al deporte rey y desde entonces trato de jugar al tenis, al menos una vez a la semana, pero en pistas de tierra batida que hay que cuidar las rodillas.
Nuestro trabajo está ligado al contacto personal con nuestros clientes. La crisis del COVID-19 nos está haciendo cambiar nuestros hábitos y costumbres, y buscar otras formas de contactar con ellos. Nuestro reto es el de seguir aportando valor en el contexto actual y que nuestros clientes sientan que estamos cerca.
Las repercusiones macroeconómicas aún son muy inciertas. Estamos ante un shock de demanda sin precedentes que puede tener un impacto más duradero de lo esperado. Los mercados han reaccionado sorprendentemente bien desde los mínimos del 23 de marzo pero somos cautelosos. El equipo de Pyrford ve que las valoraciones en un número elevado de mercados empieza a ser insostenible. Los temores a un rebrote generalizado y los retrasos en la producción masiva de una vacuna pueden pasar factura a los mercados.
Para mí la inversión sostenible era una auténtica desconocida. Antes de entrar en BMO nunca le había prestado demasiada atención pero esto ha cambiado radicalmente desde mi entrada en la firma. En el ADN de BMO se respira la inversión responsable por los cuatro costados. Lanzamos el primer fondo ético en 1984, fuimos firmantes fundadores de UNPRI en 2006 y prestamos un servicio de engagement desde hace más de 20 años que nos convierte en los pioneros en Europa. En la actualidad, soy un firme creyente de que la inversión sostenible además de ser necesaria para sostener el planeta y a la sociedad, también es una fuente de generación de valor añadido para los inversores.
Esta crisis ha sido una buena prueba de fuego para comprobar la resiliencia de los fondos diseñados para ser defensivos. En nuestro caso estamos muy satisfechos con las estrategias defensivas que hemos presentado al mercado español. En concreto, me gustaría destacar el comportamiento de tres estrategias.
La liquidez siempre es un elemento esencial para el mundo de la inversión. En los inicios de la crisis pudimos ver cómo los activos de renta fija corporativa sufrieron proporcionalmente más que ningún otro por la estrechez de sus mercados ante el aluvión de ventas masivas, que causaron que los diferenciales bid/offer se ampliaran significativamente. Por otro lado, otra faceta de la liquidez es la capacidad de disponer de dinero para aprovechar oportunidades de inversión en momentos turbulentos. Esta crisis ha sido una buena muestra de que aquellos inversores que mantienen una parte de la cartera en activos líquidos y conservadores han podido aprovechar muy bien las oportunidades que el mercado ha presentado en una corrección tan severa como la que vimos en el mes de marzo. Como ejemplo práctico, nuestro fondo Pyrford Global Return redujo en la fatídica semana del 9 de marzo un 15% de peso en renta fija soberana para subir la exposición de la renta variable del 30% al 45%.
Esta crisis ha sido una buen prueba de fuego para demostrar una vez más las bondades de la inversión responsable. Con datos a 22 de mayo, el índice MSCI World ISR superaba en casi 4 puntos al índice MSCI World. Se ha escrito mucha literatura sobre el menor perfil de riesgo de las inversiones responsables y sostenibles, y esta corrección ha demostrado con cifras elocuentes que es una inversión más estable que ayuda a limitar las caídas en momentos complicados del mercado. Pero lo mejor está aún por llegar. En BMO creemos firmemente que, además de ofrecer una volatilidad menor, las rentabilidades de este tipo de inversiones superarán en el largo plazo a las inversiones tradicionales.
No soy muy de pensar a diez años vista. Uno va cumpliendo una edad pero mientras que el cuerpo y el espíritu aguanten seguiré dando el callo para ayudar a nuestros clientes con sus inversiones. De momento sigo teniendo cuerda para rato.