Hace algunos meses publicamos un artículo en el que la gestora nórdica EVLI señalaba las razones por las que a muchas compañías nórdicas no les preocupa tener un rating. A continuación profundizamos en las 7 características que comenta Marco Granskog, MSc (Econ), Director at International Business Development for Evli’s funds, por las que los bonos corporativos nórdicos sin rating pueden resultar interesantes para invertir. Los gigantes internacionales a menudo ignoran el mercado nórdico, pero este tipo de bonos pueden aportar diversificación y un retorno adicional a una cartera.
Veamos las razones por las que los bonos nórdicos sin rating pueden ser interesantes.
1. Exceso de retorno
Si comparamos los bonos nórdicos sin rating con los bonos corporativos europeos con un rating oficial, teniendo en cuenta un nivel de riesgo similar, los primeros ofrecen un exceso de retorno de 50 – 150 puntos básicos. Este exceso en un entorno de tipos de interés cercanas a cero resulta muy interesante.
2. Menor volatilidad
Los bonos nórdicos sin rating han tenido históricamente una volatilidad menor que sus homólogos europeos. Tradicionalmente, los emisores nórdicos han recurrido a instituciones locales para financiación, sobre todo si su tamaño es pequeño. De este modo, han seguido operando sin la ayuda de una agencia crediticia internacional. Por tanto, la mayoría de los bonos nórdicos sin rating están en manos de instituciones locales, siendo inversores buy and hold en su mayoría. Dicho de otro modo, los bonos nórdicos sin rating no están en manos de gigantes internacionales o carteras con un fuerte componente de trading, que tienden a tener miedo cuando los mercados se encuentran en situaciones de estrés, causando una volatilidad innecesaria, a pesar de la valoración.
3. Transparencia total
Los emisores de bonos nórdicos sin rating son a menudo empresas cotizadas. Cuentan con un gran historial y datos financieros transparentes. Dado que cotizan en bolsa, publican trimestralmente sus resultados que ayuda a los inversores a construir perspectivas. Son muy conocidas y seguidas por los inversores locales, y se ven beneficiadas por el hecho de que sus directivos son fácilmente accesibles.
4. Un entorno estable
Los países nórdicos están a menudo entre los primeros de distintos ranking globales. Por ejemplo, Islandia es considerado el país más seguro del mundo, Noruega el más feliz y Dinamarca el menos corrupto. Por otro lado, Finlandia cuenta con los bancos más sólidos y Suecia ocupa el primer lugar en el índice de Naciones Unidas de objetivo de desarrollo sostenible. Esto supone que los emisores de bonos nórdicos sin rating operan en un mercado con una elevada predictibilidad y transparencia, estabilidad política de larga duración o ratio de corrupción más bajo. Todo esto facilita un entorno más estable.
5. Una gestión activa
Otra gran ventaja de los bonos nórdicos sin rating es que no son accesibles para la gestión pasiva, dado que no existen índices de este mercado. Los instrumentos de gestión pasiva no se preocupan por las valoraciones, de manera que pueden comprar caro y vender barato. El único factor determinante es la entrada o salida de dinero hacia este tipo de productos. Además, algoritmos y otras carteras automatizadas usan instrumentos de gestión pasiva para comprar o vender valores. Esto genera fácilmente ruido y aumento de volatilidad. En este escenario, los bonos nórdicos sin rating permanecen intactos, dado que la mayoría de las decisiones de inversión las toman inversores locales con una clara opinión de las compañías, lo que significa que las valoraciones siempre importan y no hay una manipulación de precios grande.
6. Joyas desconocidas
Los gestores de fondos nórdicos tienen una posición ventajosa cuando se trata de bonos nórdicos sin rating. Son conscientes del histórico de las compañías y utilizan esos conocimientos para valorar la calidad crediticia y estabilidad de los flujos de caja futuros. Los gigantes internacionales a menudo pasan por alto el mercado nórdico, puesto que lo perciben como muy diverso. Lo cierto es que ser un inversor local ayuda a entender mejor el mercado local (la mentalidad, idioma, costumbres…). Quizás esta sea la razón por la que los bonos nórdicos sin rating son valorados de forma más correcta e idónea por los gestores de fondos nórdicos.
7. Buena liquidez
El mercado de bonos nórdicos sin rating es lo suficientemente grande y líquido. Comprende cerca de 300 emisores, aproximadamente el mismo número que de compañías High Yield europeas, y su volumen de mercado se sitúa cerca de 150 mil millones de euros. De este total, cerca de un 70% de los emisores y 20% del volumen no tienen un rating, es decir, 200 compañías y 30 mil millones de euros, lo que supone un mercado grande con muchas oportunidades.
No todos los bonos nórdicos sin rating valen
Sin embargo, hay que mantener cierta cautela; no todos los bonos nórdicos ofrecen la misma calidad con un retorno elevado y volatilidad baja. Existen bonos incluso con un riesgo mayor al High Yield, emitidos por compañías sin flujos de caja estables o predecibles, por no hablar de una baja volatilidad.