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¿Qué hacer si se invierte la curva de tipos?
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¿Qué hacer si se invierte la curva de tipos?

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Mucho se está hablando estos meses, ya casi años, sobre el aplanamiento (e inversión) de la curva de tipos americana, y se da por hecho que el aplanamiento conlleva recesión económica.

Fuente: Reserva Federal de St. Louis.

Como se puede ver en el gráfico, cada vez que la diferencia entre los tipos exigidos a 10 años y los de 2 años es negativa (remunera más el 2 años que el 10) genera una recesión en la economía americana pocos años después (bandas blancas del gráfico).

Realmente una curva de tipos aplanada o invertida es una rareza financiera: a más plazo los inversores deben exigir más rentabilidad, ya sea por:

  • Percepción de riesgo ya que a más plazo más posibilidad de darse circunstancias que impidan el pago de cupones o la devolución del capital.
  • Por pérdida de coste de oportunidad ya que mientras se mantenga esta inversión no se puede utilizar la liquidez para realizar otra diferente.

¿Por qué se produce esta rareza?

Cuando los inversores esperan que los tipos de interés van a bajar venden deuda a corto plazo para comprar a largo plazo. El fin es mantenerse con rentabilidades altas durante el tiempo de caída de tipos. Dicho de otra forma, “se conforman” cobrando lo mismo que invirtiendo a corto plazo pensando que cada vencimiento se renovará con menor remuneración.

Ello retroalimenta el aplanamiento de curva: vendiendo bonos a corto plazo hacen que baje su precio y, por tanto, suba su rentabilidad y comprando a largo plazo provocan la reacción inversa, subida de precios y bajadas de TIRs.

Veamos a continuación si es así o el aplanamiento se produce en entorno de subidas de tipos o bien de bajadas:

Efectivamente se aprecia cómo cuando en épocas de curva invertida se genera la bajada de tipos de interés comentada. Claro, el mercado anticipa bajada de tipos de interés porque espera que las autoridades monetarias efectúen políticas expansivas ante periodos económicos de recesión.

Pero no siempre es así:

El gráfico anterior muestra cómo durante parte de las recesiones de 1980 y de 1981-82 los tipos de interés suben. Realmente es otra rareza que incluso podría ofrecernos la conclusión que “el mercado sabe más que las autoridades monetarias”.

¿Y las bolsas?

Si la frase anterior es cierta y los mercados se anticipan incluso a las autoridades monetarias, las bolsas deben actuar con caídas, no solo en épocas de recesión sino antes, es decir, cuando se invierten las curvas:

Fuente: se toma como referencia el Wilshire 5000. Web de la Reserva de St. Louis.

Viendo el gráfico no queda tan claro: hay un pequeño periodo que casi no se aprecia en julio de 1988, otro, también pequeño, en enero de 2006 y uno más pronunciado en marzo de 1988 en los que la curva se invierte y la bolsa sube; en la de las dos de principios de los 80 sí hay caídas (no se aprecia en el gráfico) pero muy leves y sí son significativas significativas en las de marzo de 2000 (pre-explosión burbuja “punto com”) y noviembre de 2006 (pre-explosión burbuja inmobiliaria-financiera).

Entonces, ¿qué hacemos?

Ante titulares de “se aplana la curva de tipos en Estados Unidos y por tanto se anticipa una recesión”, a los que se pueden añadir los de proyecciones de ralentización económica para 2019, la última la del FMI, es normal empezar a tener miedo.

El primer factor tranquilizador es simple: todavía no se ha invertido la curva, al menos en estos dos plazos que sirven como referencia. Intentar anticiparse puede dar resultado a errores y pérdida de oportunidades, véase los años 1994-2000 o sin ir más lejos lo que está pasando desde junio del año pasado.

Otro factor importante es que este análisis se está haciendo sobre bolsa americana. Claro, la respuesta es “si Wall Street estornuda nosotros cogemos pulmonía”.

Sin embargo, en el gráfico se puede ver que no es así: ha habido épocas donde el EuroStoxx se ha revalorizado mucho más que el S&P. Actualmente, el hueco es muy grande a favor de los norteamericanos, ¿podría ser momento de irse cerrando?

En la diversificación está el éxito a largo plazo, así que el rebalanceo de carteras a favor de las bolsas europeas es una opción a tener en cuenta; a eso se le pueden añadir estrategias de protección previas al acontecimiento (esperando que la inversión de la curva provoque caídas) como colocación de stops.

Si finalmente se juntan todas las noticias negativas aún tendremos estrategias con la que intentar sacar provecho: viendo el gráfico anterior la primera que se viene a la cabeza es una operativa long-short de índices (aunque ambos caigan se puede ganar). Otra sería diversificar en productos: por ejemplo, si se da por hecho que habrá caídas de tipos de interés, la renta fija puede dar resultados positivos.

En definitiva, no se acaba el mundo ahora que se está acercando la inversión de curva de tipos americana, y no se acabará si ésta se produce: hay herramientas y estrategias para intentar operar de forma sensata sin dejarse llevar por el miedo.

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