Ha habido buenas noticias y malas noticias para los mercados desde el comienzo del año. Así es como ha cambiado nuestra estrategia de inversión en multiactivos.
Reflexionando sobre el pasado pero mirando al futuro
A mediados de año, siempre se nos brinda la oportunidad de revisar nuestra estrategia de inversión en relación con el comienzo del año e identificar qué ha cambiado, si es que ha cambiado algo.
Llegamos al 2018 posicionados para la reflación. Esta es una estrategia que establecimos en 2016, con énfasis en mercados emergentes y posiciones cíclicas (es decir, económicamente sensibles). Pero decidimos reducirla un poco en el primer trimestre, momento en el que empezamos a preocuparnos por las valoraciones de las acciones.
Esto significa que redujimos nuestra exposición a acciones y diversificamos con bonos de estados y commodities, además de aumentar las posiciones en divisas defensivas como el dólar estadounidense y el yen japonés.
¿Qué nos espera?
Las valoraciones bursátiles han mejorado por primera vez desde 2015. Desde principios de año, el ratio P/E en el principal índice bursátil estadounidense, el S&P500, se ha reducido de 22.4 a 20.7.
En los mercados emergentes, mientras tanto, hemos visto un aumento en los rendimientos de los bonos (lo que significa que los precios han bajado) y sus divisas locales se han debilitado en un 7% de media. Esto sugiere que hay algunas oportunidades para conseguir beneficios potenciales en estas regiones.
A principios de año, también dijimos por qué «3% era el número mágico«. Mientras el crecimiento del PIB mundial permanezca por encima del 3% y el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se mantenga en torno al 3%, el entorno de reflación continuará y los mercados de acciones se verán apoyados por la situación. Hasta ahora estas condiciones se han cumplido.
Todavía no estamos demasiado preocupados por la inflación. Sí, que es cierto que deberíamos esperar un incremento al encontrarnos en la última etapa del ciclo económico, pero creemos que la disrupción tecnológica y el envejecimiento demográfico la están reprimiendo. Además, la Reserva Federal está muy a favor de mantener la inflación bajo control.
En otros frentes, sin embargo, las noticias han sido peores:
- Proteccionismo comercial de Estados Unidos: el presidente Trump ha intensificado su retórica proteccionista. Esto plantea un desafío potencial para nuestro pronóstico de crecimiento. Por lo menos, la incertidumbre creada por sus comentarios probablemente afectará el comercio mundial.
- Fortalecimiento del USD: el dólar estadounidense se ha fortalecido, impulsado por la divergencia entre la Reserva Federal, que todavía intenta subir tipos, y el Banco Central Europeo (BCE), que espera mantenerlos en el limbo al menos un año más. China también anunció recientemente una flexibilización de la política monetaria recortando el coeficiente de reservas obligatorias de los bancos del país, lo que ha debilitado el renminbi. No esperamos una mayor fortaleza del dólar estadounidense a partir de estos niveles.
- Riesgo político europeo: ha habido un resurgimiento del riesgo político en Europa. El gobierno italiano afirma que respalda el euro, pero no parece querer cumplir con las reglas fiscales de la eurozona. Mientras tanto, el BCE ha señalado su plan para comenzar a deshacer su programa de flexibilización cuantitativa este año, lo que podría plantear desafíos a los bonos corporativos y soberanos en la eurozona, ya que les quita un gran respaldo.
Por ahora estamos esperando pacientemente mejores oportunidades, enfocándonos en mantener una posición diversificada.