En el actual escenario, con los tipos de interés a cero o en negativo, las inversiones alternativas se han convertido en una buena opción para lograr resultados interesantes, porque permiten combinar iliquidez y tiempo con una mayor rentabilidad. El cliente de Private Equity está dispuesto a sacrificar estos dos factores a cambio de obtener un mayor retorno.
Históricamente, los vehículos de Capital Privado han aprovechado su naturaleza para acometer procesos de transformación o inversiones que, a la larga, resultan en una mayor rentabilidad para el inversor. Sin embargo, hemos de ser conscientes de que es el momento de realizar la compras o proyectos el que marca la rentabilidad futura. Por tanto, debemos tener cuidado tanto con los puntos de entrada como con el momento en el que decimos optar por un Private Equity porque, dependiendo de ese momento, las valoraciones podrán ser más o menos ventajosas.
Seamos claros: invertir en Capital Privado puede proporcionar buenas oportunidades, pero en ningún caso es garantía de rentabilidades positivas. Hay que saber localizarlas, identificar a los mejores gestores y aplicar un modelo activo para identificar las mejores posibilidades. En el actual momento de mercado, desde Mirabaud vemos buenas oportunidades en Renovables, claramente. También en Infraestructuras, Crédito, y algo de Venture Capital. Siempre buscando un equilibrio en las carteras. En este sentido ¿Qué porcentaje de inversión alternativa debería tener una cartera equilibrada? En nuestra opinión, entre un 5 y un 7 por ciento.
Dentro de la apuesta de Capital Privado, el inversor debe hacer, de nuevo, una correcta diversificación en su estrategia, de forma que concentre las mayores proporciones en inversiones más estables pero que produzcan unos rendimientos más seguros – por ejemplo, infraestructuras- y dedicar una menor parte a las actividades de mayor riesgo por su mayor incertidumbre en el éxito de la inversión -por ejemplo, Venture Capital-.
Private Equity: ¿Inversión directa o a través de fondo de fondos?
Uno de los debates más candentes es acerca de cuál es la mejor manera de invertir en Capital Privado. Los Private Equity son estrategias que suelen estar destinadas a inversores institucionales cuyo principal modus operandi es repetir su apuesta por los vehículos de éxito que va lanzando una gestora. Esto hace que la inversión en directo sea complicada. Primero porque es un vehículo que, la mayor parte de las veces, exige grandes desembolsos que los clientes no están en situación de acometer. Después, porque, aunque pudiera afrontar ese desembolso, la posibilidad de encontrar “un hueco” en estos vehículos de éxito entre los diferentes perfiles institucionales es difícil.
En este contexto, la manera más común de invertir obteniendo una buena combinación de diversificación y rentabilidad es a través de los fondos de fondos. Si se opta por esta vía, es importante prestar una especial atención a las comisiones que unos y otros cargan, pues, si bien son herramientas que permiten una mayor diversificación y acceder a vehículos que de otra forma sería imposible, suponen a la vez costes extra para los inversores que van en directo y que, a lo largo del tiempo, pueden llegar a tener un impacto significativo sobre los rendimientos obtenidos.
Hay quienes argumentan que la inversión alternativa seguirá ganando fuerza este año. En Mirabaud empezamos a ver el ciclo agotado en unas áreas geográficas y actividades, pero con grandes oportunidades en otras. En este sentido, creemos que Asia sigue representando una gran oportunidad a futuro. También pensamos que, en Europa, el capital riesgo está aún infrarrepresentado como forma de levantar capital para proyectos si comparamos la situación con la de Estados Unidos o el Reino Unido; y esto tiene que cambiar a favor en Europa.
Un ejemplo que puede ilustrar este tipo de oportunidades es el fondo Mirabaud Grand Paris, un vehículo de Private Equity que está ultimando nuestra gestora, Mirabaud Asset Management, con el que busca crear valor a través de proyectos de transformación inmobiliaria en París y sus alrededores aprovechando la iniciativa del macroproyecto urbanístico “Grand Paris”. Con una inversión de 30.000 millones de euros, impulsada por Nicolas Sarkozy y respaldada por Emmanuel Macron, la iniciativa transformará la región de París en los próximos 30 años.
Creemos, así, que existe aún mucho margen de crecimiento en algunas áreas para las inversiones Private Equity. Gestión activa, diversificación, equilibrio y largo plazo son, una vez más, las mejores estrategias.