El primer trimestre de 2019 ha superado nuestras expectativas, los mercados se han recuperado de las pérdidas del último trimestre de 2018. La renta variable no ha dejado de crecer a un ritmo constante desde el 24 de diciembre del año pasado. El cuatrimestre cerró con subidas: El índice S&P escaló un 17%, su mayor avance desde 2009, en un escenario con una política monetaria acomoditicia.
Los precios del petróleo también se han disparado, superando los 70$/barril, lo que supone una subida superior al 30% desde el año pasado. En Europa, el Stoxx 600 también se ha revalorizado en torno a un 15% hasta hoy. Todos los sectores han visto ganancias. Los inversores se mostraron especialmente favorables a los sectores de crecimiento defensivo, en particular bienes de consumo, (+18%) y minorista (+20,26%). Entre los sectores cíclicos, los recursos básicos también lo han hecho bien (+19.20%) gracias al apoyo del Banco Central de China y a las vibraciones positivas en torno al acuerdo entre EE.UU. y China.
Los indicadores fundamentales siguen siendo ajustados
Si bien volvemos a estar cerca de los máximos del mercado de renta variable, los indicadores fundamentales siguen siendo ajustados. Los analistas revisaron continuamente a la baja sus previsiones de beneficios por acción para el 2019, (de un 8% en enero pasó a un 5% a finales de marzo) a lo largo de un trimestre en el que se produjeron importantes salidas de capital por parte de los inversores, mientras los volúmenes de negociación del mercado de valores siguieron siendo muy bajos. En resumen, todo parece estar bajo control desde el punto de vista de la Reserva Federal, si no tenemos en cuenta el ruido político.
Por otro lado, cabe destacar que, en nuestra participación en la Feria de Hannover, hemos podido conocer de primera mano los avances tecnológicos y los motores del crecimiento, en particular el 5G y sus aplicaciones en la industria. En concreto, asistimos a la presentación de Bosch Rexroth, en colaboración con Qualcomm y Nokia, sobre la fábrica «del futuro», en la que pudimos comprobar que la llegada de 5G permitirá la creación de redes privadas, que son esenciales para la operación de redes totalmente automatizadas. Anteriormente, con la tecnología 4G, cada máquina tenía que ser configurada físicamente, conjuntamente con las correspondientes interacciones hombre-máquina (HMI). Sin embargo, con el 5G en las fábricas, será posible comunicarse remotamente con varias máquinas y robots utilizando el «network slicing» en un único sistema HMI, que reducirá los costes de explotación y optimizará la producción.
Un piso inteligente y 5G
En el caso presentado por Bosch Rexroth, usando dos elementos clave – un piso inteligente y 5G – los robots pueden llevar a cabo tareas de producción y logística moviéndose de forma autónoma al tiempo que evitan los obstáculos en su camino y la comunicación con las demás máquinas de la fábrica. Gracias a un ordenador, los miembros del personal controlan cada máquina que opera en la superficie, y mientras trabajan pueden ser informados de cualquier mal funcionamiento; el ordenador también puede señalar la posibilidad de un fallo antes de que se produzca, lo que permite al personal tomar medidas preventivas. Este tipo de instalaciones se encuentran actualmente en fase de prueba, y podrían estar a la venta en un año.
Además, esta tecnología apoyará los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, ayudando a reducir el consumo de energía mediante la optimización y digitalización de los procesos de producción. Por eso, pensamos que la innovación sigue siendo un motor clave para el crecimiento.